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jueves, 1 de agosto de 2013

Salvar al SNS ¿Dónde están los pacientes?

Foto: fotosdesalud via flickr

Leemos las noticias sobre la firma del enfáticamente denominado “Pacto por la Sostenibilidad y la Calidad del Sistema Nacional de Salud”, al que se ha querido revestir de la solemnidad propia de los acuerdos de carácter histórico (!) con la presencia del propio Presidente del Gobierno.

Al contemplar esa poblada y bonita foto, (que parecía en sí misma el objetivo único y último del acto), tiene uno la desagradable sensación de que nos encontramos ante un claro ejemplo de lo que algunos llamarían postureo”...

Releo el contenido del Pacto, que se compone de dos acuerdos:



Encuentro en un par de párrafos de ambos documentos la que parece ser una declaración de intenciones y atribución de responsabilidades, junto a la que se pretende como finalidad última de este ‘Pacto por la Sostenibilidad’ (el subrayado es nuestro):

La sostenibilidad de nuestro SNS es una responsabilidad social y cívica; obligación que vincula a todos los agentes con diferentes intereses en el sector, desde quienes tienen responsabilidades políticas, económicas, sociales o profesionales, hasta aquellos agentes que, de un modo u otro, pueden influir, interactuar, reivindicar o contribuir a modular sus normas organizativas o de funcionamiento.”

“Garantizar la calidad de los servicios públicos en base a la adopción de un modelo asistencial orientado al paciente (…)”

Cuando se habla de los actores o agentes que necesariamente intervienen en el SNS, suelen citarse a pacientes, profesionales, instituciones proveedoras de servicios (hospitales, centros de atención primaria, etc.), agencias ‘compradoras’ (servicios regionales de salud), financiadores/ aseguradores (Departamentos de Salud y Consejerías, Estado) y ciudadanos (contribuyentes).

En cualquier sistema sanitario público financiado por los contribuyentes mediante sus impuestos, los pacientes y sus asociaciones cumplen un papel muy importante en la evolución hacia un sistema de salud participativo: con información un usuario se convierte, además, en un actor copartícipe, responsable, de la eficacia del sistema. Y ese sentimiento de compromiso debería traducirse, tarde o temprano, en participación en el proceso de decisiones.

Hace muchos años que venimos oyendo en distintos foros de opinión, (o leyendo en numerosos artículos, estudios e informes), la idea de que los ciudadanos se han convertido en “motor y centro del sistema sanitario”, lo que debería suponer un mayor reconocimiento de su papel en el mismo. Se insiste de forma reiterada en que las necesidades de los pacientes son (o deben ser) “el eje sobre el que deben articularse las prestaciones asistenciales y constituir la base de la organización de los servicios”. Se habla de implicación, participación y corresponsabilidad, pero lo cierto es que –visto lo visto- no pasan de ser hermosas fórmulas y expresiones que se engarzan como adornos en alambicadas declaraciones retóricas o en normas legales de escaso cumplimiento.

Según lo previsto en la Ley de Cohesión y Calidad del SNS los pacientes tienen un lugar central en el sistema sanitario. Eso significa a priori y según el espíritu de la ley, que los pacientes, a través de sus organizaciones, e individualmente, están presentes en todo el proceso de atención sanitaria y sus necesidades son, en todo momento, consideradas como prioritarias para los responsables del sistema. Buenos deseos repetidamente incumplidos. [Recordemos aquí de paso que la propia ley prevé dos foros de participación: el Foro Abierto de Salud y el Foro Virtual. Su (inexistente) funcionamiento habla bien a las claras de su utilidad y de la nula voluntad política de cambiar esa situación].


¿Cuántas veces más oiremos repetir lo de “el paciente es el centro del Sistema”?

En la foto de la firma faltaban -entre otros actores- los propios protagonistas sin los cuales la actividad sanitaria no tendría sentido ni razón de ser y a los que, como sabemos, se viene aludiendo constantemente y de forma interesada como aliados, colaboradores, coproductores y corresponsables en la viabilidad del Sistema.

Se da la paradoja de que hace unas semanas el Consejo Asesor de Sanidad, órgano consultivo y de asistencia a la persona titular del Ministerio de Sanidad en la formulación de la política sanitaria, presentaba un amplio Informe sobre Sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud cuyos contenidos y consideraciones resultan interesantes a este respecto. Reproducimos algunos párrafos significativos (el subrayado y las negrillas son nuestras):
 
“Para garantizar la sostenibilidad del sistema son necesarias reformas, unas estructurales, a medio y largo plazo, y otras coyunturales, a corto plazo. Unas deberían ser de responsabilidad del Estado y otras de las Comunidades Autónomas; unas serán de los profesionales sanitarios y otras de los pacientes o de las empresas y entidades que participan en el funcionamiento del sistema sanitario. También es evidente que esas respuestas deberían ser el fruto de un compromiso amplio y sostenido en el tiempo; o, lo que es lo mismo, plasmadas en un Pacto por la Sanidad.”

Más adelante, citando como ejemplo la Estrategia para el abordaje de la Cronicidad en el SNS, se afirma que “conviene poner el acento en la prevención y promoción de la salud, en el conocimiento de la enfermedad y de los autocuidados por los pacientes y sus cuidadores y en la participación del paciente y sus asociaciones.”

Entre los elementos a tener en cuenta [para contribuir/garantizar la sostenibilidad] el propio Informe cita el fomento de hábitos de vida saludable entre los ciudadanos y el uso responsable de los servicios de la sanidad pública, que se consideran factores condicionantes de la sostenibilidad del Sistema Sanitario:

“Una de las medidas necesarias para reducir el gasto sanitario es hacer cuanto sea preciso para sensibilizar y motivar a los ciudadanos, desde la escuela y desde los medios de comunicación, así como fomentar su implicación en la gobernanza del sistema sanitario. Sería así como tomarían conciencia los pacientes de sus deberes y de su responsabilidad en el uso de los recursos. Sobre este punto debería incidir el deseable Pacto de Estado por la Sanidad.

[…]

“Una política de información, constante y coordinada en los medios de comunicación (de toda naturaleza tanto de soporte -audiovisual, escrito, Internet...-, como de titularidad -pública o privada-) sobre la Salud Pública, es necesaria e imprescindible para mantener sensibilizada la opinión ciudadana y firmes los hábitos saludables adquiridos, inculcando de forma recurrente el concepto de "corresponsabilidad de los ciudadanos con su propia salud", así como con los recursos ofertados para mantenerla y mejorarla que nos lleven, en caso de enfermedad, a afrontarla con los mejores medios de prevención, diagnóstico y tratamiento, potenciando el aprendizaje de una equilibrada autogestión en los pacientes crónicos.”

En el epígrafe Hacia un Pacto Sanitario el Informe explica:

“La sostenibilidad de un sistema sanitario se basa en garantizar las prestaciones sanitarias con calidad, en un tiempo breve, con capacidad de resolución y con satisfacción de los ciudadanos.”
“Para ello, desde hace tiempo se viene demandando un gran Acuerdo, similar al Pacto de Toledo sobre Pensiones, a fin de consolidar y dar futuro al Sistema Nacional de Salud.”

Desde una perspectiva estrictamente sanitaria, además de los Grupos Políticos se considera necesario contar con las aportaciones y propuestas de las distintas Administraciones Sanitarias, los profesionales y sus organizaciones representativas, así como los pacientes.”

¿Dónde están entonces los pacientes? Como se ha podido comprobar, el Informe ha servido de bien poco en lo que se refiere a estas recomendaciones, (eso a pesar de que el actual Presidente del Consejo Asesor de Sanidad es al mismo tiempo Presidente de la Alianza General de Pacientes, una plataforma que agrupa a distintas organizaciones entre las que se encuentran 28 Asociaciones y Federaciones con más de 520.000 pacientes.

Tampoco se ha contado en este Pacto, que nace ya con importantes carencias y limitaciones, con el Foro Español de Pacientes, que agrupa a más de 900.000 pacientes de las distintas Federaciones y Asociaciones adheridas al mismo.

En fin, recuerdo que hace unos meses un breve de la revista Acta sanitaria publicado en la sección “Dimes y diretes” recogía la siguiente información:
 
Ponga a un paciente en su rueda de prensa
La tendencia actual es que tanto asociaciones médicas como sociedades científicas, en sus comparecencias públicas, inviten a un paciente, que sentado a su mesa o no, dé testimonio de sus experiencias ante los medios de comunicación y, además, les apoyen en sus peticiones a la Administración. Se trata de un cambio de tendencia por parte de los médicos en su relación con los pacientes, muy de agradecer; aunque a veces ocurre que los pacientes se pasan en sus apreciaciones y los doctores se ven obligados a pedir disculpas a los medios en lo que se ha dado en llamar ‘petit comité’. (…)
 
En este caso no han guardado ni las apariencias…
Pues eso, simples adornos, es decir postureo’...

2 comentarios:

  1. Excelente artículo, pero te faltó poner "fin de la cita" en cada cierre de comillas, siguiendo las nuevas tendencias que ha marcado un personaje público recientemente :D

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Rosa. La verdad es que lograron que el ya conocido y famoso #findelacita fuera TT.
    Saludos.

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