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viernes, 30 de abril de 2021

Un Comunicado de la #SEAUS

                                                  
En estos días la Junta Directiva de la Sociedad Española de Atención al Usuario de la Sanidad (SEAUS) ha hecho público el siguiente comunicado, en relación con la pandemia de la COVID-19 y su impacto en el Sistema Nacional de Salud y en la ciudadanía. Ha sido remitido a Consejerías, Departamentos y Servicios de Salud de las Comunidades Autónomas. Como es suficientemente conocido, por desgracias, la pandemia ha tenido también un impacto directo muy importante en pacientes y usuarios, especialmente sobre determinados colectivos y grupos sociales más vulnerables de la población. Preocupa sobremanera la situación del sistema sanitario público y las repercusiones tras la crisis sanitaria en cuanto a disponibilidad, mejoras y el (tantas veces postergado y necesario) incremento de recursos materiales, económicos, de personal, equipamiento y dotación de medios técnicos para recuperar el tiempo y las oportunidades perdidas en un SNS herido desde hace tiempo por la crisis económica, por los recortes y las restricciones presupuestarias previas a la pandemia provocada por el SARS-CoV-2.

«Acaban de cumplirse ahora justamente 14 años desde que en 2007 el Parlamento Europeo declarara el 18 de abril como Día Europeo de los Derechos de los Pacientes, pasando a formar parte del calendario oficial, con la finalidad de que «aquellas organizaciones ciudadanas activas que trabajen en el campo de los derechos de los pacientes a nivel nacional» puedan dedicarse a «informar, debatir y adoptar compromisos para mejorar los derechos de los pacientes en Europa».

La Carta que los recoge identifica y define catorce derechos básicos de todo paciente en sus relaciones con los servicios de salud, con independencia de su lugar de residencia, sexo, edad, religión, estatus socioeconómico, grado de alfabetización o necesidades individuales de salud o asistencia sanitaria. [Ver aquí].

El objetivo final es que estos derechos garanticen un alto grado de protección de la salud humana, para asegurar la alta calidad de los servicios proporcionados por los diferentes sistemas de salud en todo el territorio de la Unión Europea. Suponen la plasmación de los derechos fundamentales y, como tales, deben ser reconocidos y respetados independientemente de las limitaciones financieras, económicas y políticas existentes, teniendo en cuenta los criterios de adecuación de los cuidados sanitarios en cada ámbito territorial concreto.

El nivel o grado de desarrollo y aplicación de los derechos varían en función del modelo y de la estructura de los servicios de atención a la salud de cada país de la UE, y dentro de ellos. No obstante, el respeto a estos derechos implica el cumplimiento de requisitos técnicos y de organización, así como de patrones profesionales y de comportamiento, lo que puede requerir cambios de la forma en que operan los sistemas de salud en los diferentes países europeos.

En España, la crisis sanitaria mundial desencadenada por la COVID-19 ha sometido a los profesionales sanitarios y al Sistema Nacional de Salud en su conjunto a una presión sin precedentes. El impacto de la pandemia sobre los profesionales se dejará sentir durante mucho tiempo. La crisis también ha dejado al descubierto y ha exacerbado además los problemas previos a los que se enfrentaban, incluyendo desigualdades, condiciones de trabajo inadecuadas y una excesiva presión asistencial.

Como ha ocurrido en otros lugares, en el trascurso de la crisis se han puesto en marcha nuevos procedimientos y fórmulas de atención que han cambiado enormemente el escenario y el panorama de la atención sanitaria. La pandemia de la COVID-19 ha llevado incluso a cambiar y rediseñar el modelo de asistencia sanitaria, tanto en Atención Primaria como en los centros hospitalarios, adaptándolo sobre la marcha a las necesidades del momento, modificando la organización funcional de los equipos, reorganizando espacios y estableciendo circuitos asistenciales, planes de contingencia y de actuación sanitaria, así como de protección de los pacientes y profesionales. La atención sanitaria presencial, especialmente en atención primaria, se ha visto sustituida en gran medida por la atención telefónica y telemática, fundamentalmente para el seguimiento de muchos tipos de pacientes: casos probables, posibles y/o confirmados de infección por COVID-19, patologías crónicas, pacientes inmovilizados y sus cuidadoras, renovación de tratamientos, procedimientos administrativos, llamadas y resolución de dudas, etc., en la atención médica y de enfermería, tanto de la población adulta como de la pediátrica, sin olvidar el impacto de la pandemia en los Servicios de Salud Mental. En muchos casos se ha señalado que todo esto ha dificultado (y sigue dificultando) la accesibilidad a los distintos servicios y la comunicación de muchos pacientes con los profesionales sanitarios.

Varios informes han puesto de manifiesto que algunas de estas situaciones pueden considerarse claramente como una vulneración de los derechos y un deterioro en la calidad de la atención sanitaria prestada a los pacientes.

A lo largo de los últimos doce meses en algunos centros sociosanitarios de personas mayores la COVID-19 no solo ha sido una catástrofe sanitaria y humana, sino que ha funcionado como un extraordinario amplificador del edadismo, es decir, de una visión negativa de la vejez que lleva consigo discriminación, paternalismo y deshumanización de la asistencia.

El modelo asistencial vigente ha contribuido a esa deshumanización, que se ha traducido finalmente en más personas enfermas y en muertes. Hubo casos en los que se aplicó un protocolo de exclusión de la atención sanitaria en los hospitales de referencia a los residentes enfermos que tenían deterioro cognitivo o discapacidad motriz, no se medicalizaron las residencias, a pesar de que hubo una sentencia del Tribunal Superior de Justicia en alguna Comunidad Autónoma  para que se llevara a cabo; se trasladaron a hospitales privados solo a aquellos residentes que contaban con seguros privados, y no se trasladó a los residentes enfermos al hospital de campaña existente. Cabe añadir a este respecto que algunas residencias de mayores están siendo aún objeto de investigación por supuestos delitos civiles y penales.

No es preciso recordar aquí los derechos enumerados en la Carta Europea para denunciar al menos cinco violaciones de derechos humanos ocurridas en centros sociosanitarios (a la salud, a la vida, a la no discriminación, a la vida privada y familiar y a una muerte digna), y conviene alertar del riesgo de que se repitan, ahora con el consiguiente retraso en la atención sanitaria y en el diagnóstico de posibles problemas de salud distintos a la COVID-19.

La situación existente, que en gran medida ha supuesto una quiebra del derecho a la salud de las personas más vulnerables, aparece estrechamente vinculada a las medidas de austeridad y a la infrafinanciación tanto de la sanidad como de los servicios sociales. Años de desinversión en la sanidad pública han provocado que, a pesar del compromiso, de los esfuerzos y del gran trabajo desempeñado por los profesionales, las condiciones en que se ha desarrollado la asistencia sanitaria no han sido adecuadas ni satisfactorias.

Un buen número de quejas y reclamaciones han estado relacionadas con la información y comunicación. En general, y a falta de visitas presenciales, tampoco las comunicaciones estuvieron bien gestionadas. En la mayoría de casos, las comunicaciones remotas entre pacientes (o residentes en centros sociosanitarios) y sus seres queridos fueron limitadas e insatisfactorias, con llamadas de audio y vídeo improvisadas, poco frecuentes y mal organizadas. A ello se sumó la falta de información adecuada sobre la situación de sus familiares ingresados, como han manifestado en numerosas y reiteradas quejas estas personas. En muchos casos las personas han muerto solas, violando su derecho a una muerte digna y suponiendo también un trauma para sus familias la (pésima) gestión de la despedida y del traslado de las personas una vez fallecidas.

La falta de protección, la improvisación apresurada y la tardanza en adoptar medidas eficaces ha causado muertes prevenibles y prematuras en todas las comunidades autónomas de España, pero aún hoy existen grandes diferencias entre CCAA que distinguen el buen hacer del mal hacer y el grado de humanización en la atención a las personas que requieren asistencia sanitaria.

Escasez de personal, condiciones de trabajo inadecuadas, sobrecarga asistencial y listas de espera se han agravado con la crisis sanitaria y dificultan el acceso al derecho a la salud de las personas más vulnerables.

El futuro, una vez superada la pandemia de la COVID-19 apunta a la reproducción y mantenimiento de muchos de los errores ocurridos que, de no poner remedio, se traducirán en más retrasos y aumento de los tiempos de espera para procedimientos diagnósticos y tratamientos, falta de control y seguimiento de problemas de salud crónicos, desatención e incremento de las situaciones de vulnerabilidad.

Y aunque con notables diferencias entre distintos territorios, desde la SEAUS queremos hacernos eco de esta grave situación, que debe ser un aldabonazo y una llamada de atención sobre todo a las distintas administraciones sanitarias y a los responsables públicos para cambiar el modelo de atención existente, incrementar los recursos económicos, mejorar la gestión e incrementar la colaboración en el ámbito sanitario y sociosanitario. Como se ha repetido con frecuencia, sería una locura seguir haciendo lo mismo y pretender obtener resultados diferentes.

Los sistemas sanitarios han de estar realmente al servicio de todas las personas; humanizar la atención no consiste en un «buenismo» impostado, sino en promover la excelencia profesional con los medios humanos y tecnológicos disponibles y con las actitudes necesarias. Y esto también requiere inversión económica y un conjunto de áreas de mejora a través de la escucha de todos y cada uno de los protagonistas.

Más allá de las declaraciones formales y de las exposiciones retóricas, corresponde a todos los sectores y agentes implicados hacer posible la ejecución y puesta en práctica de las políticas públicas concretas que hagan realidad los derechos de los pacientes: gobiernos y autoridades sanitarias, responsables públicos, directivos, profesionales, trabajadores y empleados, ciudadanía activa y comprometida.

Se hace imprescindible respetar los Derechos y Deberes de los pacientes, fomentar la Humanización de la asistencia, la Atención Centrada en la Persona y el Debate Ético entre todos los agentes implicados.

Porque conviene recordar que nada está garantizado y nada es para siempre…»

sábado, 4 de julio de 2015

Sigue el deterioro de la sanidad pública (según el CIS)


    Viñeta de Manel Fontdevila en eldiario.es

 Seguramente con la poco confesable intención de que pasen (casi) desapercibidos, dadas las fechas estivales y la segura distracción que supone en muchos ámbitos la constitución de los nuevos gobiernos autonómicos, se publican en estos días los resultados del Barómetro Sanitario de 2014 (BS) que elabora el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) [ver aquí el resumen ejecutivopara el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y cuya finalidad, según declaran los responsables -de forma algo rimbombante- es nada menos que: «La mejora continua del Sistema Nacional de Salud. Conocer la opinión de los ciudadanos para tomar en consideración sus expectativas, como elemento importante para establecer las prioridades de las políticas de salud». Los objetivos del mismo serían:

·     Conocer cómo perciben y valoran los ciudadanos el funcionamiento de los Servicios Sanitarios Públicos.
·    Saber la opinión de los ciudadanos acerca de determinadas medidas de política sanitaria.
·     Conocer la penetración real de las estrategias informativas de las autoridades de salud.
·   Obtener información sobre el grado de conocimiento o sobre las actitudes de los ciudadanos hacia los problemas de salud o actuaciones específicas del SNS.

Al margen de otras consideraciones de índole metodológica, los resultados globales del BS muestran que sigue produciéndose un significativo y paulatino descenso en la confianza de los ciudadanos en el sistema sanitario público y en su percepción sobre el funcionamiento de los servicios. En términos generales puede decirse que la ciudadanía sigue valorándolo de forma positiva, y aunque le da una nota general favorable, el nivel de satisfacción global cae por tercer año consecutivo desde 2011 y supone la peor nota de la sanidad pública desde 2008.

Además de los resultados totales, el Barómetro presenta los datos desagregados para cada CCAA, de manera que puede hacerse el interesante ejercicio de comparar en cada territorio si los resultados de las valoraciones son mejores, peores o se encuentran en la media general. En nuestro caso nos referiremos a Castilla-La Mancha, por ser nuestra comunidad autónoma de origen…
    
Así, la Tabla 1 muestra que la satisfacción global con el funcionamiento del sistema sanitario es aún menor en Castilla-La Mancha que en el conjunto de España, habiendo disminuido también más en los últimos años, aunque todavía en 2012 se encontraba por encima.

En las siguientes tablas puede comprobarse lo que opinan los ciudadanos de Castilla-La Mancha encuestados en este mismo BS sobre algunas otras cuestiones relativas al funcionamiento general de la sanidad y de determinados servicios asistenciales y cómo han evolucionado en los últimos años. En todo caso, merece la pena echar un vistazo a este interesante estudio, que contiene además algunas preguntas relevantes sobre el tabaco y la regulación de los cigarrillos electrónicos; sobre los medicamentos, información, publicidad y accesibilidad a los mismos; valoración de los profesionales y de la asistencia recibida en atención primaria y atención especializada; valoración y preferencias sobre sanidad pública y privada, atención a enfermedades crónicas, etc.

Como se ve en la Tabla 2, en 2011 un 73.12% de la población consideraba buena o muy buena la sanidad pública en España; en 2012 este porcentaje bajó al 70.65%, situándose en 2013 en un 65.86%; en 2014 es del 62.7%. En resumen, en cuatro años se ha producido un descenso de casi once puntos en la valoración ciudadana del funcionamiento del sistema sanitario en España. En ese mismo periodo de tiempo el deterioro ha sido mayor en Castilla-La Mancha, donde se ha producido un descenso de más de veinte puntos en la valoración de la sanidad pública de la región. De hecho, hasta 2011 el nivel de satisfacción era mayor en la comunidad autónoma, situándose ahora por debajo en más de ocho puntos con respecto al total nacional.

Los descensos más evidentes y llamativos se registran en las preguntas sobre si una serie de servicios (atención primaria, atención especializada, atención hospitalaria) han mejorado, han empeorado o siguen igual respecto a los últimos cinco años (ver las Tablas a continuación). Las series temporales muestran que en un solo año, entre 2011 y 2012, la percepción de que han empeorado se incrementó notablemente: en 2011 sólo un 10,71% de los encuestados creía que la atención primaria había empeorado. En 2012 eran ya el 19,76%; en 2013 este porcentaje alcanzó el 27.85% y en 2014 se sitúa en un 29.7%. Al mismo tiempo, los que opinan que ha mejorado bajaron del 41,14% al 30,62% entre 2011 y 2012 y hasta el 23.56% en 2013. En 2014 ha seguido descendiendo hasta un 19.5%. Sobre atención especializada, en 2011 el 11,83% consideraba que había empeorado. En 2012 suponían casi el doble, un 22,05% y en 2013 un 32.2%. En 2014 el porcentaje de personas que considera que ha empeorado se ha incrementado en cinco puntos más, llegando hasta el 37.3%. Mientras, los que opinan que ha mejorado disminuyen desde un 34,72% hasta el 25.58% en 2012, hasta el 18.0% en 2013 y solo el 13.9% en 2014. Los datos sobre atención hospitalaria muestran que en 2011 un 10,52% creía que había empeorado. Este porcentaje se duplicó en 2012, al subir hasta un 21,09%; en 2013 alcanzó el 32.3% y llega al 37.3% en 2014. Los que consideran que había mejorado, un 37.72%, bajaron en 2012 hasta el 27,34%, en 2013 eran el 19.0% y en 2014 representan solo el 14.2%.






El deterioro en la situación de las urgencias también aparece reflejado en las preguntas del barómetro sanitario. Entre 2012 y 2014 el porcentaje de las personas entrevistadas que considera que han mejorado se ha reducido a la mitad, pasando del 22.43% al 11.6%. En cambio, se ha incrementado el número de los que consideran que ha empeorado, (del  28.31% al 43.1%).




Finalmente, otra de las preguntas se refiere a la percepción sobre la evolución de las listas de espera para recibir atención sanitaria. En 2014 un 38.9% de los encuestados a nivel general,consideran que la situación de las listas de espera ha empeorado 40%. Este porcentaje es aún mayor en Castilla-La Mancha, llegando hasta el 40.7% (Tabla 4):


En resumen, el deterioro de los servicios públicos producido en los últimos años por las políticas de ajuste presupuestario y de recortes indiscriminados, que han reducido sustancialmente los recursos del sector, está erosionando la confianza de los ciudadanos hacia el sistema sanitario, y ha provocado un claro empeoramiento de la opinión pública sobre el funcionamiento del mismo.

Como han demostrado numerosos estudios y análisis de políticas públicas, la legitimidad de la actuación política está muy relacionada con la percepción de la eficacia del sector público a la hora de dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos, lo que se refleja directamente en la satisfacción con los servicios públicos.

Llegados hasta aquí, es oportuno indicar que según el propio BS (pregunta 1) la sanidad es considerada como el área de mayor interés para los ciudadanos por un 28.3% de los encuestados, (el 34.7% en el caso de Castilla-La Mancha), solo superada por el empleo. La sanidad y su valoración importan, por tanto (y mucho)…

¿Y aún se extraña el Gobierno de los malos resultados cosechados en las últimas elecciones autonómicas?
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Otras entradas anteriores sobre el mismo tema:
El deterioro sanitario (19 agosto de 2013).


viernes, 26 de junio de 2015

Para iniciar la reconstrucción de la sanidad en Castilla-La Mancha


   Foto: Raúl Amaru


Celebradas las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha y según el acuerdo de investidura entre PSCM-PSOE y Podemos CLM alcanzado hace pocos días, este pacto se concreta en un conjunto de 13 medidas que se encuadran en tres bloques:

·         Transparencia, corrupción y regeneración democrática
·         Plan de Rescate Ciudadano
·         Reforma del Estatuto de Autonomía.

Las medidas, recogidas en un Anexo al Pacto, que se firmará ante notario antes del debate de investidura, son las siguientes:
1.    Procedimientos de Emergencia Ciudadana
2.    Plan de Rescate Habitacional
3.    Auditoria pública y Ley de auditoría ciudadana de la deuda
4.    Plan de recuperación de servicios externalizados
5.    Plan integral de lucha contra la desigualdad social
6.    Ley de Dependencia
7.    Reforma tributaria autonómica
8.    Ley de transparencia y buen gobierno
9.    Reforma de los modos de contratación de la JCCM y sus empresas o entidades vinculadas
10.  Aprobación de una Ley de Participación Ciudadana
11.  Modificación del Reglamento de las Cortes y creación simbólica del escaño ciudadano
12.  Modificación y reforma del Estatuto de Autonomía
13.  Acuerdo institucional y creación de una comisión de seguimiento del pacto y de los cambios institucionales que requieren algunas de las anteriores
___________________

Repasaremos aquí las medidas relacionadas con el ámbito sanitario que recoge este acuerdo y los plazos que se establecen para llevarlas a cabo.

La cosa empezará antes del mes de agosto de 2015 con la realización de una “foto fija” o auditoria inicial del estado real de las cuentas de la Junta de Comunidades por parte del Gobierno regional, con publicación de los informes internos de evaluación por Consejerías y provincias, como paso previo para la elaboración de una Ley de Auditoría Pública de Castilla-La Mancha y la posterior creación de una Cámara de Cuentas como nuevo órgano de fiscalización externo (recordemos que la Sindicatura de Cuentas fue suprimida en su día por el Gobierno del PP).
[Ver medidas nº 2 del Programa de PODEMOS CLM y nº 20 y 24 del Programa de PSCM-PSOE].

Antes de noviembre de 2015 se llevará a cabo una auditoria del sistema sanitario, revisando los procesos privatizadores emprendidos a nivel autonómico con vistas a su reversión, defendiendo el carácter público de los hospitales de Villarrobledo, Almansa, Manzanares y Tomelloso, y reivindicando la gestión pública de los hospitales de Toledo, Guadalajara y Cuenca, así como la ampliación del de Albacete.

En esta línea, y con carácter de urgencia, el Gobierno constituirá una Comisión gubernamental encargada de hacer una primera evaluación interna en términos de contabilidad analítica de los sobrecostes generados por los procesos de externalización. A finales de 2015 se publicarían los primeros informes externos sectoriales (sobre suministros básicos y sanidad prioritariamente), de la citada Cámara de Cuentas.
[Ver medidas nº14 del Programa de PODEMOS CLM y nº 425, 426 y 427 del Programa de PSCM-PSOE].

Recuperación del empleo público en Sanidad: De forma paulatina se plantea recuperar el empleo público destruido por las privatizaciones injustificadas. En el primer año de Gobierno se procederá a la contratación de 1.000 nuevos profesionales.
[Ver medida nº 437 del Programa de PSCM-PSOE]

Acceso universal e igualitario a los servicios sanitarios: Se acuerda adoptar de manera inmediata todas las medidas necesarias para restaurar el acceso a los servicios sanitarios de todos los colectivos, garantizando el acceso universal al sistema de salud a través de políticas propias, frente a la visión de 'exclusión sanitaria' del RDL 16/2012. [De forma semejante al reciente anteproyecto de ley de garantías y sostenibilidad del sistema sanitario público para blindar la sanidad aprobado por el Gobierno de Andalucía].

En este sentido, a partir del presupuesto autonómico se procederá a la eliminación del copago, supresión de emisión de facturas por la atención médica y universalización de la atención con el objetivo de garantizar el acceso a la atención sanitaria, independientemente del origen y situación administrativa de las personas, basadas en requisitos accesibles y asequibles y especialmente para las personas en situación administrativa irregular, sin recursos o en especial situación de vulnerabilidad. Para ello hay que capacitar también a los profesionales sanitarios en competencias interculturales y concepciones ideológicas sobre la salud y prevención de la salud, cuidados, tratamiento del cuerpo y concepción de la intimidad de otras culturas, desde una perspectiva socio-antropológica.
[Ver medidas nº 15 del Programa de PODEMOS CLM, y nº 400 del Programa de PSCM-PSOE].

Antes de diciembre de 2015 se procederá a la reforma de la Ley 3/2014, de 21 de julio, de garantía de la atención sanitaria y del ejercicio de la libre elección en las prestaciones del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, norma directamente responsable del problema de ocultamiento de las listas de espera y de los desplazamientos para operarse fuera de la comunidad autónoma (“ambulancias patera”).
[Ver medidas nº 15 del Programa de PODEMOS CLM, y nº 400 del Programa de PSCM-PSOE].

En el marco de las medidas de transparencia y buen gobierno, el acuerdo plantea también garantizar el trabajo eficaz y profesional dentro de la Administración pública, limitando el número de altos cargos políticos y de libre designación de las Consejerías. Se establece la congelación salarial tendiendo progresivamente a la equiparación salarial de estas figuras con los máximos niveles de las escalas funcionariales y empleando los ahorros derivados de esta medida en la recontratación de trabajadores de salud y educación despedidos desde 2008. Plazos: noviembre de 2015.
[Ver medidas nº 22 y 30 del Programa de PODEMOS CLM].

Antes de noviembre de 2015 se procederá a la articulación de Consejos Ciudadanos en diferentes ámbitos sectoriales y trasversales en Castilla-La Mancha, como el Consejo Regional de Pacientes, estableciendo un diálogo fluido y eficaz entre la Comunidad Autónoma y los diferentes movimientos y asociaciones que facilite las condiciones para una participación que empodere a sus integrantes y que deben tener visibilidad pública e igualmente el reconocimiento como interlocutor clave por parte de la Comunidad Autónoma.
[Véase medidas nº 33 del Programa de PODEMOS CLM y nº 462 del Programa de PSCM-PSOE].

En este mismo contexto referido a la transparencia y al buen gobierno, el acuerdo recoge la creación antes de noviembre de 2015 de Portales de Gobierno Abierto, con el objetivo de que los ciudadanos colaboren en la creación y el mejoramiento de servicios públicos y en el robustecimiento de la transparencia y la rendición de cuentas bajo los principios de transparencia, ciudadanía, participación y colaboración de la ciudadanía.
[Ver medidas nº 31 y 32 del Programa de PODEMOS CLM y nº 9, 10 y 19 del Programa de PSCM-PSOE].

A lo largo de 2016 se crearán también una serie de Órganos Externos de Control al Gobierno, que se incorporarán al Estatuto de Autonomía, (y que lógicamente tendrán su impacto en el sector sanitario), como el Defensor de la Ciudadanía, el Observatorio Ciudadano Regional y la anteriormente citada Cámara de Cuentas.

Como órgano de carácter consultivo, el Observatorio Ciudadano Regional, se integrará en la Administración Regional adscrito a las Cortes de Castilla-La Mancha. Entre sus funciones se encargará de impulsar políticas de regeneración democrática y participación ciudadana en las instituciones de Castilla-La Mancha, así como analizar el desarrollo de las políticas públicas del Gobierno regional y su impacto sobre la ciudadanía.

En el texto del Anexo se recoge un compromiso institucional, que se formalizará antes de finalizar 2015, para el fomento de la participación ciudadana, de profesionales de reconocido prestigio y de los trabajadores en los órganos de dirección y gestión de las diferentes Fundaciones, empresas y entidades dependientes o sostenidas con fondos, directa o indirectamente, de la JCCM que garantice la independencia y profesionalidad de los servicios.

Finalmente, se establece una Comisión de Seguimiento del Acuerdo (COSAI), cuyas reuniones tendrán como mínimo periodicidad mensual, con una serie de Subcomisiones, cuyos acuerdos tendrán carácter vinculante, y que constituye la expresión de la voluntad política por ambas partes de llegar a nuevos y más extensivos acuerdos en distintas materias. Así, integrará en sus actividades la exploración sistemática de la negociación de nuevas medidas en los ámbitos de la educación, la sanidad, los servicios sociales, el empleo, el derecho a la información, la investigación y el desarrollo, el mundo rural y la cultura.

Comienza la reconstrucción sanitaria de Castilla-La Mancha…

jueves, 18 de junio de 2015

Cambio de ciclo

[Publicado en El Porvenir de Castilla-La Mancha y en dclm.es (14-6-2015) con el título: 
“¿Está Castilla-La Mancha mejor que hace cuatro años?”]

La mentira es un vicio de tan difícil cura, que para algunos resulta casi imposible de erradicar. De no ser así, sorprendería la insistencia con la que destacados dirigentes del PP de Castilla-La Mancha se empeñan estos días en afirmar que la región se encuentra hoy en mejor situación que hace cuatro años, cuando accedieron al Gobierno. Como se sabe, repetir mil veces una mentira no cambia la realidad pero sí su percepción, de ahí que –siguiendo esa consigna totalitaria- todos los dirigentes y altos cargos de la administración autonómica, grandes, medianos y pequeños, se hayan lanzado en tropel a hacer declaraciones para intentar presentar un panorama tan idílico como falso del estado de la región.

Resulta bastante patético, si no fuera insultante, comprobar el grado de hipocresía, cinismo político y desfachatez con la que nos obsequian a diario los responsables políticos del periodo más negro de la historia reciente de Castilla-La Mancha, en su empeño por disfrazar los resultados de una nefasta gestión. Sin embargo, por más que se esfuercen en pintar un decorado amable, es imposible disimular el enorme destrozo causado por su acción de gobierno en términos políticos, sociales y económicos, como demuestran de forma incontestable los propios datos y cifras oficiales. Dice la sabiduría popular que “contra hechos no valen razones”, a pesar de haber soportado una política deliberada y sistemática de ocultamiento y manipulación (des)informativa y del uso sectario y partidista de la radiotelevisión pública y de la mayoría de los medios de comunicación, altavoces y brazo ejecutor de la propaganda gubernamental.

Por ello, como la tergiversación y la mentira sin escrúpulos, unidas a la desmemoria, parecen ser la marca distintiva de la derecha de hoy, es oportuno señalar algunos de esos datos.

En materia de empleo recordemos que, apenas dos días antes de finalizar la campaña electoral de mayo de 2011, en muchas localidades de Castilla-La Mancha aparecieron unos carteles en los que junto a una imagen de María Dolores de Cospedal, claramente retocada con photoshop -todo un símbolo- podía leerse el siguiente mensaje: «¿Buscas empleo? El 22 de mayo vota Partido Popular» (sic).

Pues bien, de acuerdo con las cifras oficiales del Servicio Público de empleo estatal (SEPE), el paro registrado en mayo de 2011 era de 212.433 personas. Cuatro años después, en mayo de 2015, esa cifra asciende a 222.016 personas. Más desfavorables, aunque más precisos y rigurosos desde el punto de vista metodológico, son los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). En este caso, pueden compararse los datos correspondientes al segundo trimestre de 2011 con los últimos disponibles del primer trimestre de 2015:

Junio 2011 Marzo 2015
Número de ocupados 787.500 personas 707.000 personas
Número de parados 237.600 personas 284.500 personas

La tasa de paro se sitúa hoy en un 28.69%, mientras que en 2011 era del 22.13%. En resumen, 80.000 personas ocupadas menos y casi 50.000 parados más en estos cuatro años. La cosa se agrava si tenemos en cuenta, además, que Castilla-La Mancha ha perdido población (aproximadamente unos 100.000 ciudadanos, 40.000 de ellos jóvenes, que se han visto obligados a abandonar la región, (seguramente por aquellas razones de “movilidad exterior” a las que con enorme desparpajo aludía hace algún tiempo la ministra de Empleo).

Tras cuatro años de gobierno del PP en Castilla-La Mancha hay un mayor número de personas en situación de pobreza laboral, es decir, personas que tienen trabajo pero que cobran unos salarios que les sitúan por debajo del umbral de riesgo de pobreza debido a sus precarias condiciones laborales.

Los datos de la deuda regional y su evolución son también muy significativos. A pesar de la demagogia a raudales vertida en torno a la “herencia recibida” del anterior Gobierno (se habló de despilfarro, de facturas en los cajones, ruina económica, etc.) según los datos oficiales del Banco de España, (la deuda pública de Castilla-La Mancha en relación a su PIB, que en diciembre de 2010 era del 15.6%, supone en estos momentos (primer trimestre de 2015) el 33.7% del PIB regional (12.865 millones de euros). Es decir, un incremento de 18.1 puntos en apenas una legislatura, habiéndose más que duplicado la deuda contraída por Castilla-La Mancha durante los 30 años anteriores. Es el mayor incremento porcentual de todas las CCAA, siendo Castilla-La Mancha, la comunidad más endeudada tras la Comunidad Valenciana. Hay algo más grave: este endeudamiento no ha servido para realizar inversiones, sino para hacer frente a los gastos corrientes de la Administración. Hay que recordar, en cambio, que en 2011 se dejaron construidos un buen número de equipamientos sanitarios, centros de salud y consultorios, residencias de mayores y centros de día, instalaciones educativas, colegios e institutos. (De hecho varias residencias de mayores, centros de salud y hasta quirófanos inaugurados a bombo y platillo en esta legislatura, habían sido construidos por el Gobierno anterior).

Con el deterioro de los servicios públicos y los recortes en los sistemas de protección social se han incrementado también los niveles de desigualdad, situando a un tercio de los castellanomanchegos por debajo del umbral de la pobreza, según la Encuesta de Calidad de Vida elaborada por el INE. Un ejemplo de ello es que el 46.3% de los hogares de la región no puede salir de vacaciones ni una sola semana al año.

Un reciente estudio de UNICEF “La infancia en los presupuestos”, asegura que Castilla-La Mancha es la comunidad autónoma que más recorta en este epígrafe, a pesar de los propagandísticos programas de apoyo a la maternidad (sic) pregonados por el gobierno regional.

Tristemente, la educación en Castilla-La Mancha ha sido declarada "la peor de España", según el ranking de excelencia educativa 2015 de profesionales por la Ética, en un reciente documento en el que destacan que desde 2011 Castilla-La Mancha es la región en la que más ha empeorado la educación.

Igualmente, los recortes llevados a cabo en el sistema de atención a la dependencia, mediante una Orden de agosto de 2013 que reducía el catálogo de prestaciones y limitaba la compatibilidad entre las ayudas y el tiempo de atención, han llevado a una drástica reducción de los presupuestos en esta materia y ha supuesto la reducción de la cobertura a miles de personas dependientes cuyos expedientes no fueron tramitados. Unas cinco mil personas han muerto sin recibir la prestación a la que tenían derecho. La Plataforma en Defensa de la Ley de Dependencia en Castilla-La Mancha recurrió dicha Orden de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, que fue declarada nula de pleno derecho por el Tribunal Superior de Justicia de la región en abril de este mismo año.

La sanidad y los servicios sanitarios en Castilla-La Mancha se han visto también afectados por la furia de ajustes y recortes presupuestarios del Gobierno regional, lo que ha provocado destrucción y precarización del empleo, reducción de plantillas, no reposición de equipamientos y tecnología o paralización de obras e infraestructuras. (Es muy significativo el caso del Hospital de Toledo, cuya construcción ha sido finalmente adjudicada a un grupo de empresas mediante la fórmula de privatizar los servicios no clínicos por un periodo de treinta años y que supone un incremento en el coste de más de 462 millones de euros). [Para más información, ver los siguientes posts: Un pelotazo hospitalario (I) y Un pelotazo hospitalario (II)]. Todo ello ha llevado a una disminución de la calidad de la atención, aumentando la presión asistencial e incrementándose las listas y los tiempos de espera para recibir asistencia sanitaria tanto en consultas como en pruebas diagnósticas o procedimientos quirúrgicos. No deja de ser curioso sin embargo que sí hubiera recursos suficientes para derivar a pacientes para ser atendidos en clínicas privadas de otras comunidades autónomas (con unos resultados más bien pobres, como demuestra el triste episodio de más de treinta niños de Albacete que al parecer fueron mal intervenidos en una clínica de Madrid).

Un último ejemplo, que puede dar una idea de la dura realidad en este ámbito, tiene que ver con el copago farmacéutico, cuya imposición ha supuesto que unas 140.000 personas en Castilla-La Mancha no puedan pagar sus medicinas, (un total de 2.4 millones de españoles aseguran no poder pagar los medicamentos). Según datos del INE y del CIS, el 5.74% de las personas entrevistadas en la región manifiestan haber dejado de tomar algún medicamento recetado por un médico de la sanidad pública por ser muy caro.

Así las cosas, apenas merece ningún comentario una de las frases más destacadas de la Presidenta Cospedal en el discurso institucional del pasado Día de Castilla-La Mancha: "la obligación de los gobernantes es dejar las cosas mejor de como se encontraron"

(¿De verdad se creerá lo que dice y estará convencida de ello? ¿Le habrán informado bien sus asesores? )...

martes, 12 de mayo de 2015

Ante las Elecciones. Propuestas sobre la Sanidad (y V)

Viñeta de El Roto. EL PAÍS, 25-3-2015

La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) hace público en estos días un documento imprescindible y oportuno: (Posicionamiento de SESPAS en el año electoral de 2015.Protege tu salud con tu voto) en el que recuerdan el principio de Salud en todas las políticas muestra que la salud no sólo depende de la asistencia sanitaria: ganamos y perdemos salud con todas las decisiones que toman los gobiernos municipales, autonómicos, el nacional y cada vez más también en la esfera internacional. Por ello, de cara a las Elecciones Autonómicas y Municipales, invitan a valorar críticamente y contrastar los diferentes programas electorales con las propuestas recogidas en el documento. Su meta no es otra que la mejora de la salud de la población, comprometidos con los principios que fundamentan la salud pública: la justicia social y la aplicación efectiva de los derechos humanos.

Con ese mismo espíritu, hemos venido recopilando hasta ahora –con algunos breves apuntes y observaciones- las diferentes propuestas en materia de sanidad que los partidos políticos ofrecen en sus programas electorales. Acabamos aquí con esta serie de entradas del blog…

CIUDADANOS (C’s)

En su ideario explican que son el fruto maduro de una reacción ciudadana que tiene su origen en Cataluña y que posteriormente se proyecta a toda España. Plantean cuatro líneas de actuación básicas:

1.      Defensa de los derechos individuales
2.      Defensa de los derechos sociales y del estado de bienestar
3.      Defensa del Estado de las autonomías y de la unidad europea
4.      Defensa de la democracia y regeneración de la vida política

En la segunda de estas líneas de actuación, Defensa de los derechos sociales y del estado del bienestar, señalan como principio de partida la necesidad de la intervención de los poderes públicos para asegurar la efectividad de los derechos sociales. Para ello, las redes públicas educativas, asistenciales y sanitarias, a las que puedan acceder todos los ciudadanos con independencia de su capacidad económica, deben tener un alto grado de calidad para así evitar desigualdades que generen exclusión social.

En la página Web encontramos una serie de propuestas sanitarias que luego desarrollan más en detalle (los subrayados son nuestros):


Defendemos una sanidad pública, universal, eficiente y de calidad.

        Exigimos una gestión eficaz y transparente.
        Racionalizaremos el gasto sin perjudicar a los ciudadanos.
    Delimitaremos la sanidad pública y la privada a nivel orgánico, administrativo y de gestión.
        Mejoraremos la atención primaria.
        Optimizaremos el tamaño de los hospitales.
        Regularemos la demanda priorizándola según las necesidades.
        Incentivaremos al personal y penalizaremos el absentismo.

C’s defiende un sistema sanitario público y universal de salud que garantice el acceso a una asistencia y cobertura sanitaria eficientes y de calidad a todos los españoles con independencia de su lugar de residencia como uno de los pilares del Estado social y de bienestar español.

La salud es fundamental para el bienestar de las personas. Por ello C’s quiere un sistema sanitario que, además del tratamiento de las enfermedades, se ocupe de la prevención, los hábitos saludables, la rehabilitación, la asistencia y la investigación.

El modelo actual necesita de reformas estructurales factibles, con un impacto importante en la reducción del gasto que buscan desarrollar un servicio de salud sostenible y solvente.

Estas consideraciones iniciales se desarrollan posteriormente en un decálogo que contempla una serie de medidas muy genéricas y poco concretas entre las que se alude al establecimiento de indicadores de calidad y eficiencia que permitan la transparencia y la rendición de cuentas a la ciudadanía Se habla de mejorar la financiación del sistema -de base capitativa-, aunque en ningún momento se indica expresamente que se hará mediante impuestos ni se habla de la gratuidad de los servicios o prestaciones; (aunque se alude a la implantación de un posible copago con carácter disuasorio y reembolsable según la gravedad). Reorganizar y concentrar servicios, adecuar el tamaño de los hospitales, mejorar la atención primaria para reforzar su papel como filtro de la especializada (sic), coordinar niveles, revisar las actividades preventivas y/o asistenciales que no aporten valor, regular la demanda y promover la evaluación de tecnologías sanitarias para su posible incorporación con criterios de coste-efectividad. Con respecto al personal, se propone incrementar los incentivos económicos a la productividad, fomentar la exclusividad en el sector público e incluir mecanismos de autonomía de gestión profesional. Finalmente, plantean corresponsabilizar a los pacientes y fomentar “cambios culturales” que contribuyan a la propia transformación del sistema.

Literalmente:   

1.      Transparencia y rendición de cuentas a la ciudadanía.
Supone que los responsables que gestionan los centros y las áreas rindan cuentas a quien financia sus actividades y, por supuesto, que los responsables de mayor nivel fijen criterios claros de actuación basados en indicadores de calidad y eficiencia y rindan cuentas a la ciudadanía de su labor.

2.      Mejoras en la financiación.
La financiación debería ser capitativa, consistente en asignar al conjunto de proveedores de cuidados de una zona geográfica determinada, un fondo económico por cada persona de dicha zona que está incluida dentro de la población protegida, durante un periodo determinado, normalmente de un año. Se deben establecer indicadores de salud poblacional y de calidad de la asistencia prestada que permitan recompensar a aquellas organizaciones que mejores resultados obtengan.

3.      Concentración de servicios y optimización del tamaño de los hospitales.
La reorganización de servicios debe basarse en evidencias sobre la relación entre volumen, resultados y costes, repensando tanto los hospitales muy pequeños como los demasiado grandes y definiendo mejor los niveles asistenciales (p. ej., no hacer cirugía ambulatoria en hospitales universitarios), desarrollar sistemas multihospital para concentrar servicios comunes como anatomía patológica, laboratorio, etc. y coordinar compras, evitando el fraccionamiento de los sistemas de información por comunidades autónomas.

4.      Políticas preventivas y asistenciales.
En el campo de políticas preventivas y asistenciales es necesario adoptar medidas que tengan por finalidad la reducción de: a) actividades preventivas que no aportan valor asistencial añadido (chequeos, revisiones de empresa, etc.), especialmente en la propia Administración y orientar las citadas políticas hacia segmentos poblacionales donde se ha demostrado su efectividad; b) de pruebas diagnósticas sin clara respuesta terapéutica asociada; c) mejoras de calidad asistencial para reducir complicaciones y efectos adversos; d) de limitación del esfuerzo terapéutico fútil o inútil redefiniendo los procesos terminales y rediseñando las alternativas de prestaciones.

5.      Regulación de la demanda.
La regulación de la demanda no puede basarse en el copago. Este puede suponer una barrera de acceso a los servicios sanitarios de personas que realmente los necesiten. Se hace necesaria: a) la priorización según necesidades: urgencias, exploraciones, visitas, intervenciones, priorización listas de espera, cartera de servicios; b) implicación de los pacientes en sus propios cuidados, especialmente con enfermedades crónicas e implicarlos en la práctica de hábitos saludables invirtiendo en prevención y educación en salud; c) medidas enfocadas a evitar duplicidades en pruebas, visitas u otros servicios; d) reducir la utilización intensiva de algunos servicios como las urgencias hospitalarias filtrando los casos banales y disminuir las derivaciones; e) implantar y extender la utilización de las tecnologías de la información y comunicación para todo tipo de gestión de la demanda incluyendo la sustitución de la visita cara a cara. El copago solo podría ser utilizado como un elemento disuasorio en aquellos pacientes menos graves que tengan la posibilidad de administrar mejor el uso de medicamentos o servicios sanitarios, y se establecería mediante un copago reembolsable.

6.      Evaluación de tecnologías y medicamentos, e incorporación a la cartera de servicios.
En primer lugar desde C’s pensamos que la definición de la cartera de servicios debe estar basada en la evidencia, Asimismo, la priorización y financiación de la incorporación de tecnologías y medicamentos a la cartera de servicios se realizará en función de su efectividad y coste-efectividad por lo que los nuevos procedimientos diagnósticos o tratamientos deberán acompañarse de su presupuesto y financiar los fármacos nuevos sólo en las indicaciones aprobadas. También pensamos que se ha de abordar la racionalización de los tratamientos de gran coste unitario y pequeños beneficios y de los tratamientos emergentes o de efectividad dudosa.

7.      Mejora de la atención primaria y coordinación entre niveles asistenciales.
Es imprescindible aumentar el presupuesto de la atención primaria para reforzar el papel de la misma como filtro de la especializada y puedan realizarse pruebas diagnósticas evitando así derivaciones a la especializada. Asimismo se hace necesario realizar una política de servicios basada en la atención primaria para atender enfermedades crónicas y reducir hospitalizaciones.

8.      Políticas de personal.
En este campo consideramos medidas destacables: a) incrementar los incentivos económicos a la productividad así como fomentar la exclusividad en el sector público; b) Incluir mecanismos de autonomía de gestión profesional que permitan tomar mayor responsabilidad a los profesionales en la gestión de la demanda; c) cambios en la distribución porcentual de las plantillas entre sanitarios y no sanitarios así como en la formación de grado y en la residencia; d) descentralizar la contratación a nivel de centros; e) combatir la endogamia y la falta de movilidad profesional; f) hacer más atractiva económica y socialmente la carrera profesional en atención primaria; g) penalizar el absentismo; y h) reorientar los incentivos a los profesionales para la innovación y la sustitución de tratamientos y pruebas diagnósticas obsoletos o antiguos.

9.      Mayor coordinación del sistema.
Intensificaremos la función del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud como garante de la coordinación en la asistencia sanitaria en todo el territorio nacional, incluyendo la cartera de prestaciones sanitarias complementarias siempre que estos servicios demuestren su utilidad y necesidad. La coordinación que debe realizar el Estado persigue la integración de la diversidad de las partes o subsistemas en el conjunto o sistema, evitando contradicciones, disfunciones e ineficiencias.

10.  Cambios culturales.
Otro pilar de la reformas es fomentar cambios culturales en la propia organización sanitaria y en la sociedad hacia formas menos “consumistas” de los servicios sanitarios: a) hay que introducir medidas orientadas a incrementar la autonomía de gestión y la responsabilidad de las unidades clínicas; b) recuperar la función de autoridad sanitaria, saber quién prescribe qué y a quién; c) introducir medidas de desarrollo y difusión de análisis, e indicadores de productividad y costos, y la introducción de la competencia por comparación; d) desarrollar nuevas líneas de actividad para las enfermedades crónicas como telemedicina, atención domiciliaria, desde programas piloto a utilización masiva.

Aunque en el Programa Marco no se contempla nada al respecto, hace unos días el candidato de Ciudadanos a la Comunidad de Madrid anunció que su programa incluye desprivatizar cuatro hospitales, revisando el modelo de gestión 100% privada de los hospitales de Valdemoro, Torrejón de Ardoz, Móstoles y Collado Villalba si gobierna o puede influir en el Gobierno autonómico.

Igualmente, considera prioritario la elaboración de un catálogo de servicios públicos, mediante una ley que regule, incluso reformando el Estatuto madrileño, los servicios básicos no privatizables, como educación y sanidad, impidiendo que puedan dejarse en manos de terceros. En su opinión, “la mejor demostración de que tenemos malos gestores es que quieren privatizar los sectores que deberían gestionar bien.”

 El programa sanitario de UP y D

En su página Web presentan un breve documento que se define como Programa Marco para las Elecciones Autonómicas y Municipales, cuyo objetivo es servir de guía para elaborar los programas autonómicos y municipales de las elecciones. Este Programa Marco propone los contenidos (mínimos) que deberían incluir, y una propuesta de ordenación de los temas. Es una herramienta orientativa, a disposición de los responsables de elaborar la ponencia del programa en cada ámbito territorial concreto:

Sanidad
1. Gestión de hospitales, centros de salud, empleo público, actuaciones autonómicas (revisión de derivaciones de pacientes desde la sanidad pública a la privada, historia clínica electrónica y receta electrónica).

2. Transparencia y evaluación de la gestión sanitaria (listas de espera diagnóstica y quirúrgica, gasto real y farmacéutico, evaluación y publicación periódica de resultados).

Allá donde existen, (como en la Asamblea de Madrid), los grupos parlamentarios de UP y D declaran expresamente su apuesta decidida por una sanidad pública universal, de calidad e igual para todos los ciudadanos.

En los programas autonómicos para cada territorio pueden verse las medidas concretas que se plantean. Así, entre las páginas 26 a 31 del Programa Electoral a las Cortes de Castilla-La Mancha, nos han llamado especialmente la atención las siguientes propuestas (que parecen claramente relacionadas):

    Devolución de las competencias de Sanidad al Estado Central: con el fin de restaurar un sistema sanitario común para todo el territorio nacional, basado en los principios de equidad, calidad, eficiencia y participación ciudadana.

      Proponemos un gran Pacto por la Sanidad Nacional consensuado por todos los partidos políticos representantes del conjunto de la sociedad española y con una hoja de ruta a corto, medio y largo plazo, no sujeto a los vaivenes del Gobierno de turno e intereses particulares del partido político gobernante en ese momento.

        Recuperar la cohesión y equidad del Sistema Nacional de Salud (SNS).

        Gestión pública de la Sanidad pública.

     Creación de una Comisión Nacional de Supervisión del SNS constituida por un reducido número de expertos independientes que haga un análisis de la situación y proponga un Plan de Reforma a las Cortes. Este organismo tendría funciones permanentes para vigilar el cumplimiento de las propuestas y asegurar la calidad asistencial y el resto de principios rectores. Contará con la opinión de las Sociedades Científicas, Asociaciones de Pacientes y Familiares, y Organizaciones de Consumidores.

Algunos otros puntos destacables tienen mucho que ver con la situación actual del servicio sanitario público en Castilla-La Mancha y con la desafortunada gestión del mismo llevada a cabo:

     Profesionalizar los cargos de gestión del SNS mediante sistemas de acreditación profesional objetivos y mecanismos de selección que garanticen la adjudicación de plazas siguiendo criterios de méritos y capacidad. Ofrecer cursos de formación abiertos a todos los profesionales de la salud y no sólo a cargos de confianza ya predeterminados según afinidad política y además financiados con recursos públicos.
     Obligatoriedad de publicar las listas de espera de tratamiento quirúrgico, atención especializada y pruebas diagnósticas, con periodicidad mensual, con comparativa con otros centros de la misma comunidad y a nivel nacional, publicando qué número de pacientes son derivados a centros privados, los motivos y criterios seguidos para dicha derivación y qué coste económico representan.
    Exigir responsabilidades por la mala planificación y posterior actuación en la construcción y puesta en marcha del nuevo Hospital de Toledo, que está demorando su apertura con perjuicio de la asistencia a la población.

Finalmente, citamos el Programa Electoral a la Asamblea de Madrid en cuyas páginas 32 a 36 encontramos las propuestas relativas a la sanidad.

Se afirma textualmente que el Servicio Madrileño de Salud maltrata a los profesionales, al tiempo que ha sufrido durante años una gestión temeraria basada en criterios electoralistas que ha alcanzado su máxima expresión en la última legislatura. A este respecto, explica:

Se han inaugurado tres hospitales de gestión privada en el transcurso de una de las mayores crisis económicas que ha padecido nuestro país y mientras existen desviaciones importantes de los presupuestos sanitarios. Por otra parte, los intentos fracasados de privatizar la gestión sanitaria de seis hospitales públicos madrileños, de convertir el Hospital de La Princesa en un geriátrico, de implantar el ilegal euro por receta, y la gestión de la crisis del ébola son muestras de una política dogmática, errática, incoherente e ineficaz.

También plantean que para garantizar la igualdad de acceso de todos los ciudadanos a la prevención, educación y atención sanitarias, evitando la fragmentación del SNS en diecisiete subsistemas independientes, se hace necesario:

Devolver al Estado competencias sanitarias para reconstruir un sistema sanitario armónico y garantizar la igualdad de derechos. El Gobierno de España debe tener competencia legislativa y de desarrollo plena, de forma que se ejecuten sus decisiones y pueda ejercer de forma efectiva la coordinación. Creemos necesaria una mayor colaboración entre las CCAA para unificar criterios y compartir procedimientos. Implantar principios rectores de racionalización del gasto, igualdad y equidad en las prestaciones a los pacientes en todas las comunidades autónomas, así como centralizar compras a nivel estatal para aprovechar economías de escala. Unificar elementos clave como la tarjeta sanitaria, los sistemas de historia clínica de Atención Primaria y Hospitalaria de las distintas comunidades autónomas, los sistemas de receta electrónica y el calendario vacunal. (sic)

Por último, una propuesta que sí nos parece digna de aplauso (y que todas las fuerzas políticas deberían hacer suya) es la de restablecer la Dirección General de Salud Pública en la Comunidad de Madrid, suprimida en su día por el Gobierno Regional. Es sencillamente bochornoso y lamentable que Madrid sea la única Comunidad Autónoma que no cuenta con un órgano directivo de este nivel para gestionar las competencias en esta materia.

Laus Deo...
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