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jueves, 11 de julio de 2024

     El NHS tras las elecciones en UK (4th July 2024)

                                                                                                                                                         Malcolm Willet
(Entre paréntesis hay que comenzar señalando que, según registran las etiquetas del blog, hemos dedicado más de 20 entradas a cuestiones relacionadas con el NHS británico).

Hace ya tiempo que el National Health Service (NHS) considerado en su día como un sistema sanitario ejemplar y de referencia en todo el mundo, dejó de ser la joya de la corona británica.

Lo cierto es que, tras resistir a la era Thatcher, a sucesivas privatizaciones y recortes presupuestarios, décadas de políticas de austeridad y la crisis del coronavirus han dejado el sistema público de salud británico en una situación desastrosa y al borde del colapso. Mientras la política británica chapotea en las confusas aguas del Brexit, el NHS se ha deteriorado de manera alarmante y a una velocidad asombrosa en los últimos catorce años de gobiernos conservadores. A finales de abril, los últimos datos disponibles, más de siete millones y medio de pacientes estaban en lista de espera para una consulta hospitalaria, algunos desde hace varios meses. Los propios datos del NHS muestran que el problema ya no son solo las esperas y aglomeraciones en urgencias o la falta de camas para ingresos. El deterioro afecta a la atención del cáncer, cuya evolución favorable depende de un diagnóstico y tratamiento tempranos.

Además, también hay problemas en la atención primaria: conseguir una cita con un/a médico/a de familia (GP) se ha convertido en un ejercicio de paciencia sin garantías de éxito a corto plazo.

Las dificultades de las y los profesionales sanitarios también se escucharon en las protestas en la calle de los últimos meses. Las y los médicas y médicos junior (residentes) estuvieron en huelga hasta dos días antes de las elecciones para reclamar mejores condiciones laborales. Era su undécimo paro en año y medio. Según algunos de sus portavoces, en los últimos quince años, los médicos y médicas en formación han visto su salario mermado en un 26%.

"Cada año", aseguran, "hay 9.000 profesionales formados aquí que deciden marcharse a trabajar a otros países. Si no conseguimos salarios decentes, seguiremos teniendo problemas de personal, y los/las pacientes no recibirán la atención que merecen".

El descontento no sólo afecta a médicos/as residentes. Enfermeras y profesionales médicos/as de hospitales también fueron a la huelga para exigir subidas salariales y unas mejores condiciones de trabajo. Mientras, la propia imagen del NHS, un motivo de orgullo para los británicos desde su creación en 1948 tras la Segunda Guerra Mundial, se ha ido deteriorando. En el sondeo anual publicado en marzo por el instituto British Social Attitudes, solo una cuarta parte de las personas entrevistadas —el 24%— se mostraban satisfechas por el funcionamiento del sistema público de salud. Es el nivel de aprobación más bajo desde que se empezó a realizar la encuesta en 1983.

No obstante, aunque los británicos son muy críticos, no cuestionan el sistema en sí. Siguen apoyando con abrumadora mayoría, según esta encuesta que suele servir de referencia, los principios del NHS: gratuidad (91% de opiniones favorables), acceso universal (82%) y financiación a través de los impuestos (81%).

La situación del NHS ha estado muy presente en la campaña de las recientes elecciones. Desde distintas organizaciones se afirma que "es la peor crisis que atraviesa el NHS desde su creación". El futuro del NHS es sin duda una de las principales preocupaciones de la ciudadanía del Reino Unido.

Todas las formaciones políticas han presentado medidas para reducir las listas de espera en la atención sanitaria. Laboristas y conservadores, los dos grandes partidos, se han comprometido a aumentar los recursos del sistema público de salud, pero sus promesas "se quedan muy cortas", según los análisis del prestigioso think tank HealthFoundation publicados a finales de junio.

El NHS necesitaría unos 38.000 millones de libras más cada año en la próxima legislatura —cerca de 45.000 millones de euros anuales— para paliar décadas de falta de inversión y reducir los retrasos acumulados con los/as pacientes, aseguran los expertos de Health Foundation: "Tiene que ser la prioridad absoluta; los políticos están hablando todo el tiempo de economía. Deberían ser conscientes de que no puede haber un crecimiento económico en un país dónde trabajadores y trabajadoras no tienen buena salud".

A partir de una serie de artículos aparecidos en la página web de esta institución (What's in the party manifestos on health and care? General election 2024) hemos recogido un resumen de los compromisos más relevantes que el Partido Laborista, ganador de los comicios, ha asumido y propuesto para el futuro del NHS, de los servicios sociales y la salud pública en su programa, manifiestos presentados, documentos de costes asociados e informes a los medios antes de las elecciones generales del pasado 4 de julio. Los temas que se tratan son los siguientes:

·        Prevención, salud pública y financiación de los gobiernos locales

·        Financiación y reforma del NHS

·        RRHH y personal del NHS

·        Innovación y tecnología

·        Acceso a la atención hospitalaria

·        Servicios de salud mental

·        Atención primaria y servicios comunitarios

·        Otros compromisos del NHS

·        Asistencia social

·        Apoyo al personal del NHS y de los servicios sociales

·        Contratación internacional y migración

                                                       ________________________

·        Prevención, salud pública y financiación de los gobiernos locales

-   Abordar los determinantes sociales de la salud, reduciendo a la mitad la brecha en la esperanza de vida saludable entre las regiones más ricas y más pobres de Inglaterra.

-      Tener la ambición de criar la generación de niños y niñas más sana de nuestra historia.

-    Garantizar que la próxima generación nunca pueda comprar cigarrillos legalmente y prohibir que los vaporizadores tengan marcas y publicidad para atraer a la infancia y juventud.

-    Prohibir la publicidad de comida basura dirigida a niños y niñas y la venta de bebidas energéticas con alto contenido de cafeína a menores de 16 años.

-      Garantizar que todos los hospitales implementen intervenciones voluntarias para dejar de fumar.

-       Habilitar la vacunación de bebés y niños/as como parte de las visitas de salud.

-     Introducir un programa de cepillado de dientes supervisado para niños y niñas de 3 a 5 años, dirigido sobre todo a las áreas de mayor necesidad.

-    Establecer como objetivo cerrar la brecha de mortalidad materna entre personas de raza negra y asiática.

-    Ofrecer a los ayuntamientos acuerdos de financiación plurianuales y poner fin a las licitaciones competitivas y derrochadoras.

·        Financiación y reforma del NHS

-     Garantizar hasta 40.000 nuevas operaciones, exploraciones y citas más cada semana, financiadas con alrededor de 1.000 millones de libras en ingresos adicionales.

-    Crear un ‘fondo de futuro’ de 250 millones de libras para duplicar el número de escáneres CT y RMN del NHS.

-     Contratar a 8.500 nuevos profesionales de salud mental con una financiación de 410 millones de libras esterlinas.

-    Poner en marcha un ‘plan de rescate odontológico’ que proporcione 700.000 citas dentales más urgentes con una financiación de 125 millones de libras esterlinas.

-       Poner en marcha el programa de nuevos hospitales.

-    Con el tiempo, ir trasladando (reorientando) progresivamente los recursos hacia la atención primaria y los servicios comunitarios. 

·        RRHH y personal del NHS

-     Publicar una planificación regular e independiente del personal y los RRHH en toda la asistencia sanitaria y social.

-     Implementar el Plan de recursos humanos del NHS (NHS Long Term Workforce Plan)  incluyendo la capacitación de miles de médicos/as de cabecera (GP’s) y matronas más.

-     Contratar 8.500 nuevos profesionales de salud mental (ya citado antes).

-      Implementar estándares y regulaciones profesionales para gerentes y personal directivo del NHS.  

-     Establecer un Real Colegio de Liderazgo Clínico para "defender la voz de los clínicos".

• Innovación y tecnología

-  Desarrollar una estrategia de innovación y adopción de tecnología en el NHS y optimizar los procesos para ensayos clínicos.

-  Digitalizar la historia clínica personal infantil (el denominado red book

-      Transformar el NHS para que los y las pacientes tengan el control de su salud.

·        Acceso a la atención hospitalaria

-     Volver a cumplir con los estándares previos de desempeño del NHS, por ejemplo, el estándar de tiempo máximo de espera para tratamiento hospitalario de 18 semanas. 

-     Realizar 2 millones de operaciones, exploraciones y citas adicionales del NHS cada año (lo que equivale a 40.000 citas más por semana) incentivando al personal a realizar citas adicionales fuera de horario. 

-       Agrupar y coordinar recursos entre hospitales vecinos para introducir listas de espera compartidas.

-    Utilizar la “capacidad excedente” en el sector de atención médica independiente para reducir las listas de espera. 

·        Servicios de salud mental

-     Contratar 8.500 nuevos profesionales de salud mental en servicios infantiles y de adultos.   

-   Establecer una red de "Centros de futuro para Jóvenes" (‘Young Futures Hubs’) para brindar servicios de salud mental de acceso abierto para niños, niñas y jóvenes en todas las comunidades. 

-  Modernizar la legislación sobre salud mental para brindar a los/as pacientes mayor capacidad de elección, mayor autonomía, mejores derechos y apoyos. 

·        Atención primaria y servicios comunitarios

-   Reorientar el NHS hacia un “servicio de salud de barrio” con más atención prestada en/desde las comunidades locales, trasladando con el tiempo recursos hacia la atención primaria y los servicios comunitarios.

-  Garantizar una cita presencial con el/la médico/a de cabecera para todos aquellos que la deseen e incentivar a los(as médicos/as de cabecera (GP’s) a que atiendan a los/as a más farmacéuticos la posibilidad de prescripción independiente y autorizando que otros profesionales de la salud, como ópticos-optometristas, puedan realizar derivaciones directas a servicios o pruebas especializadas.

-     Desarrollar un plan de rescate odontológico de 125 millones de libras esterlinas, para proporcionar hasta 700.000 citas dentales más urgentes cada año, de las cuales 100.000 serían para niños/niñas, y reclutar nuevos dentistas en las áreas más necesitadas. A más largo plazo, reformar el contrato de odontología, centrándose en la atención preventiva y en la retención de los/as dentistas del NHS. 

·        Otros compromisos del NHS

-   Implementar las recomendaciones del informe final de la Cass Review (sobre esto la Dra. Hilary Cass designada por NHS England y NHS Improvement para presidir la Revisión Independiente de los Servicios de Identidad de Género para niños/as y jóvenes a finales de 2020 afirma: "Es absolutamente correcto que niños, niñas y jóvenes, que pueden estar lidiando con una gama compleja de problemas relacionados con su identidad de género, obtengan el mejor apoyo y experiencia posibles durante su atención").

-  Actuar a partir de las conclusiones finales de la Infected Blood Enquiry (una investigación independiente ha demostrado que entre 1970 y principios de la década de 1990, más de 30.000 pacientes del NHS recibieron transfusiones de sangre o tratamientos que utilizaban productos sanguíneos contaminados con hepatitis C o VIH. Como resultado, más de 3.000 personas han muerto y miles viven con problemas de salud persistentes. En mayo de 2024 el anterior Primer Ministro pidió expresamente perdón por ello en el Parlamento y las personas afectadas serán objeto de indemnización). 

·        Asistencia social y cuidados

-   Generar consenso y llevar a cabo un programa de reformas para crear a largo plazo un Servicio Nacional de Cuidados sostenible (atención a las situaciones de dependencia), respaldado por estándares nacionales, que brinde coherencia en la atención en todo el país y siguiendo el principio de “primero en el hogar”.

-     Establecer un acuerdo salarial justo en la atención social para las personas mayores.

-      Implementar un límite a los costes de asistencia social a partir de octubre de 2025.

-    Desarrollar la colaboración a nivel local entre el NHS y el sector de cuidados y atención social al alta hospitalaria. 

·        Apoyo al personal del NHS y de servicios sociales

-       Restablecer las relaciones con el personal del NHS y alejarse del enfoque actual sobre las huelgas. 

·        Contratación internacional y migración

-  Poner fin a la dependencia a largo plazo de personas trabajadoras extranjeras en algunos ámbitos de la economía mediante la incorporación de mano de obra y planes de capacitación para determinados sectores, incluidos los sectores de salud y atención sociosanitaria.

-  Reformar el sistema de inmigración basado en puntos, para que sea “justo y adecuadamente administrado”, con restricciones apropiadas a las visas y vinculando la inmigración con políticas sobre habilidades y competencias.

                                                              ___________________

Desde King’s Fund también han analizado detalladamente las principales propuestas y promesas electorales de los partidos políticos en torno a estas cuestiones. 

Igualmente, The Nuffield Trust, otro think tank independiente sobre salud, ha llevado a cabo una serie de análisis sobre las perspectivas de futuro para el NHS y los servicios sociales en el Reino Unido. 

El pasado 5 de julio, al día siguiente de las elecciones, Jennifer Dixon, Chief Executive de The Health Foundation respondió a las primeras declaraciones de Sir Keir Starmer como nuevo Primer Ministro: «El nuevo Gobierno debe situar la salud en el centro de suagenda».

“Felicitaciones a Sir Keir Starmer y al Partido Laborista por su victoria electoral. Si bien acogemos con agrado el enfoque del Primer Ministro en la renovación nacional en su primer discurso a las puertas de Downing Street, no se puede subestimar la magnitud de la tarea que hereda el nuevo gobierno. El NHS se enfrenta a uno de los momentos más difíciles de su historia y el desafío para recuperarlo será significativo. Además, las mejoras en la esperanza de vida se han estancado, las desigualdades en salud se están ampliando y la asistencia social necesita urgentemente una reforma”.

“Pero también hay motivos para el optimismo. Es posible reconstruir la salud de la nación adoptando un enfoque a largo plazo respaldado por inversiones, reformas y una atención incesante a los factores sociales, económicos y ambientales más amplios que influyen sobre la salud de las personas. Y si bien los problemas que enfrenta el NHS son graves, la historia demuestra que puede mejorar con el nivel adecuado de inversión y una reforma inteligente. Un elemento central para una reforma eficaz debe ser una prueba y un uso más generalizados de la tecnología”.

“El Primer Ministro se ha comprometido a hacer del crecimiento económico la misión definitoria de su gobierno. La buena salud y una economía próspera están indisolublemente ligadas; sin embargo, la mala salud entre las personas en edad de trabajar está reduciendo la fuerza laboral y frenando la economía. Para tener éxito en su misión, el nuevo gobierno debe situar la salud en el centro de su agenda desde el primer día”.

Son muchos los paralelismos y semejanzas entre la situación del NHS y nuestro SNS español. Parece conveniente pues, estar atentos a las propuestas y soluciones planteadas…

Veremos.


miércoles, 18 de marzo de 2020

Incertidumbre, complejidad y cisnes negros...

          El volcán Eyjafjallajökull, en Islandia. Foto: AP

«Es fácil ser más listo cuando todo ha pasado.»
Hans Magnus Enzensberger

«La perplejidad no es tan sólo un signo de los tiempos que vivimos, sino también, y en cualquier tiempo, un acicate insustituible de la reflexión filosófica.”
Javier Muguerza

Nos ha tocado vivir en una época de enorme y creciente complejidad e incertidumbre. Hace unos meses, el periodista Andrea Rizzi afirmaba en una breve columna del diario EL PAÍS: «El mundo es crecientemente complejo. Las interconexiones espoleadas por la globalización y el descomunal avance tecnológico crean una realidad de una complejidad nunca vista antes. Cabe sospechar que las soluciones se hallan en el conocimiento más que en el sentimiento; en la interlocución más que la confrontación; en las herramientas de precisión más que en el hacha.»

Sin embargo, simultáneamente, y de manera un tanto paradójica, son tiempos hiperconectados en que –debido al permanente y excesivo ruido mediático, a la constante, omnipresente y casi ineludible intromisión de las redes sociales en nuestra vida diaria-, la comunicación política pierde complejidad y profundidad analítica: “…hay un prolongado proceso de simplificación del discurso político, que banaliza problemas complejos”.

Basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que la vida está llena de acontecimientos y fenómenos complejos en los que el azar desempeña un papel (muy) relevante:

En abril de 2010 la repentina erupción del volcán Eyjafjallajökull, en Islandia, obligó al cierre del espacio aéreo del 14 al 20 de abril sobre la mayor parte del norte de Europa, provocando la suspensión de miles de vuelos comerciales y afectando aproximadamente a 10 millones de pasajeros.

Recuerdo que, en uno de aquellos días, desde una emisora de radio entrevistaban a un catedrático de navegación aérea y le preguntaron con preocupación sobre cuál iba a ser la previsible evolución de este fenómeno. La sorprendente respuesta de este “experto” me pareció como una gran metáfora sobre nuestra época, todo un ejemplo de humildad, de posibilismo y de reconocimiento a la imprevisibilidad e incertidumbre que nos rodea:

P.    «¿Qué va a suceder en los próximos días?»
R.   «Mire, el que más sabe de esto, no lo tiene claro…» (!!)

Hace algunos años, a partir de 2007, el ensayista libanés Nassim Nicholas Taleb formuló y desarrolló la llamada teoría del cisne negro con la que describía aquellos sucesos fortuitos e inesperados (para el observador), con gran impacto y que, una vez ocurridos, se racionalizan retrospectivamente (haciendo que parezcan predecibles o explicables, y dando la impresión de que se esperaba que ocurrieran).

Un suceso del tipo CISNE NEGRO presenta, por tanto, los tres atributos siguientes:

En primer lugar, se trata de un caso atípico y raro, que se encuentra fuera del ámbito de las expectativas regulares porque no hay nada en el pasado que pueda apuntar de manera convincente a su posibilidad.

En segundo lugar, conlleva un impacto extremo, con repercusiones de toda índole.

En tercer lugar, a pesar de su condición de rareza, la naturaleza humana nos hace inventar explicaciones del mismo a posteriori, una vez ocurrido, por lo que es (parece) explicable y predecible.

Estas serían pues, sus características: rareza, impacto extremo y predictibilidad retrospectiva (aunque no prospectiva). Una pequeña cantidad de Cisnes Negros explicaría casi todo en nuestro mundo, desde el éxito de las ideas y las religiones, a la dinámica de los acontecimientos políticos históricos y hasta numerosos aspectos de nuestra vida personal.

Según todo esto, y como señalaba hace poco Joaquín Estefanía, parece evidente que la actual pandemia por el coronavirus COVID-19, [aquí una excelente página con un tablero interactivo de la universidad Johns Hopkins], es como “una tormenta en medio de un cielo estrellado y sin nubarrones que desencadena un huracán”, otro cisne negro, uno de los acontecimientos más disruptivos de 2020 en este acelerado tiempo de la incertidumbre.

Nos movemos a tientas en un territorio inexplorado, y casi olvidamos una de las principales características de los cisnes negros, a saber: que «la ausencia de evidencia no implica evidencia de ausencia...»

Es bien conocido cómo empezó todo, pero aún están por ver el impacto final, las connotaciones y las consecuencias últimas de todo tipo -sociales, políticas y económicas- de esta crisis sanitaria excepcional, que nos recuerda dolorosamente nuestra humana condición de vulnerabilidad. Al mismo tiempo demuestra cómo ante la adversidad todos somos iguales y nos obliga a la ineludible necesidad de actuar cívica y solidariamente...


Una vez declarado el estado de alarma por el Gobierno, procede actuar con rigor, sensatez, prudencia y buen juicio, siguiendo los principios que siempre han orientado la actuación del Ministerio de Sanidad, que con frecuencia ha venido recordando su titular:

1.    Decisiones técnicas, basadas en la mejor evidencia científica disponible.
2.    Seguimiento continuado de la evolución del brote epidémico.
3.    Coordinación con las autoridades sanitarias, tanto a nivel nacional, con las comunidades autónomas, como con las autoridades internacionales (OMS, Comisión Europea, etc.).
4.    Transparencia e información, sin alarmismos injustificados.

 En la página Web del Ministerio puede encontrarse información actualizada, contrastada y fiable sobre este brote epidémico.

 .
Terminamos como empezamos, con un artículo del periodista Andrea Rizzi publicado hace unos días, (Pusilanimidad y magnanimidad en los tiempos del cólera. EL PAÍS, 14 de marzo de 2020), en el que nos recuerda que «en las aguas procelosas de la incertidumbre y la angustia, es útil volver la mirada hacia las estrellas más brillantes…» Citando a Dante reconoce que ante esta situación habrá personas que tendrán una actitud magnánima y otras que serán infames… «Tendremos ciudadanos y gobernantes magnánimos; los tendremos infames. Ojalá muchos pusilánimes se decanten del lado correcto: ellos decidirán la mayoría.» 

Y efectivamente, la crisis viene a demostrarnos a diario que sigue habiendo mucho catastrofismo en agoreros, profetas del apocalipsis y visionarios a posteriori que, al tiempo que incurren en la autopropaganda, contribuyen únicamente a sembrar dudas, generar desconfianza, extender el miedo y la incertidumbre, confirmando la cita de Enzensberger que encabeza este post.

Mientras tanto, el NEJM (New England Journal of Medicine) permite el acceso libre a los artículos relacionados con el coronavirus (COVID-19).
También Elsevier da acceso completo a su contenido sobre COVID-19 para acelerar la lucha contra la pandemia.

Veremos...

domingo, 24 de abril de 2016

Así que pasen treinta años. (Sobre la LGS)



«De todos los empeños que se han esforzado en cumplir los poderes públicos desde la emergencia misma de la Administración contemporánea, tal vez no haya ninguno tan reiteradamente ensayado ni con tanta contumacia frustrado como la reforma de la Sanidad.»
Exposición de Motivos de la Ley General de Sanidad


Una de las leyes clave de nuestra democracia

Han transcurrido 30 años desde la publicación de la Ley General de Sanidad (Ley 14/1986, de 25 de abril), (LGS) en cuya exposición de motivos ya se constataba lo que hasta entonces había venido siendo una triste y dolorosa realidad en este país de nuestras desdichas:

«…las respuestas públicas al reto que en cada momento ha supuesto la atención a los problemas de salud de la colectividad han ido siempre a la zaga de la evolución de las necesidades sin conseguir nunca alcanzarlas, de manera que se han convertido en una constante entre nosotros la inadaptación de las estructuras sanitarias a las necesidades de cada época

Partiendo del modelo de seguro social sanitario existente, la Ley ponía en marcha una profunda reforma con la creación de un Sistema Nacional de Salud (SNS) ampliamente descentralizado en el nivel político y administrativo, concebido como el conjunto de los servicios de salud de las Comunidades Autónomas “convenientemente coordinados”, a partir del principio de integración efectiva de los servicios sanitarios existentes en su ámbito correspondiente.

En su momento la norma -que tenía en cuenta las experiencias organizativas comparadas que habían adoptado el mismo modelo- supuso un enorme salto cualitativo desde el punto de vista conceptual, al diseñar y constituir un sistema de cobertura universal (incluidos los inmigrantes irregulares), financiado mediante impuestos y de carácter gratuito en el punto de la prestación, a excepción de los medicamentos recetados a menores de 65 años de edad, que debían participar en el pago mediante una aportación del 40% del PVP con algunas excepciones. Un sistema descentralizado que traspasó en su totalidad las competencias en materia sanitaria a las 17 consejerías de sanidad autonómicas que desde 2002, fecha en que finalizó el proceso de transferencias a todas las CCAA- tienen la principal jurisdicción y responsabilidad sobre la organización, gestión y prestación de los servicios sanitarios.

La LGS establecía como criterios fundamentales la integración efectiva de los servicios sanitarios, la efectividad del derecho a la salud, la equidad y la coordinación de las actuaciones públicas, para "mantener el funcionamiento de los servicios públicos sobre mínimos uniformes y, en fin, lograr una efectiva planificación sanitaria que mejore tanto los servicios como sus prestaciones".

Se trataba de poner en marcha y desarrollar un SNS teniendo en cuenta una serie de principios básicos generales que se enumeraban en el artículo tres de la norma: promoción, prevención, universalidad, igualdad efectiva, y superación de desequilibrios territoriales y sociales. El artículo siete también expresa que los servicios sanitarios "adecuarán su organización y funcionamiento a los principios de eficacia, celeridad, economía y flexibilidad".

Luces y sombras

A partir de una inicial indefinición de plazos y de un desarrollo posterior siempre sujeto a la inevitable limitación de recursos presupuestarios, con grandes dosis de voluntarismo no exento de tensiones y dificultades, la historia de la LGS y de la configuración del SNS es la de una serie de acuerdos y desacuerdos, encuentros y desencuentros, territoriales, administrativos, políticos y profesionales (cabe recordar aquí que la ley nació sin consenso con las profesiones sanitarias ni con el principal partido de la oposición, entonces Alianza Popular, que se opuso frontalmente). Esta evolución le ha hecho consolidarse como un pilar fundamental del Estado del Bienestar, que ha conseguido levantar un sistema sanitario público que sin duda se encuentra entre los más avanzados, con excelentes resultados en salud, en satisfacción de los ciudadanos y en eficiencia. Puede decirse que La LGS vino a sustituir criterios de beneficencia por derechos sanitarios constituyendo un sistema sanitario que posteriormente ha ido completándose con otras normas fundamentales, entre otras: Ley de Autonomía del Paciente, Ley de Cohesión y Calidad del SNS, Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, Ley de garantías y uso racional de medicamentos y productos sanitarios, etc.


Una agenda sanitaria para el futuro

Tenemos un SNS eficiente y muy coste-efectivo que, a pesar de las dificultades de los últimos años, ha conseguido mantener un alto nivel de prestaciones, siendo ejemplo y referencia en muchos ámbitos y servicios. Todo ello ha sido posible en gran medida gracias al desempeño y al esfuerzo personal de los profesionales sanitarios que, indudablemente, son el elemento central y principal activo del sistema.

A pesar de los logros alcanzados, es evidente que son muchos los retos que aún quedan por delante
Más allá de la gestión del día a día –lo urgente- la agenda sanitaria para el futuro del SNS –lo necesario- debería contemplar una serie de objetivos, repetidamente señalados, entre los cuales los más importantes pasan por establecer e implantar criterios de buen gobierno de la sanidad, redefinir el papel de liderazgo del Ministerio de Sanidad y fortalecer el Consejo Interterritorial del SNS como órgano rector y de coordinación; recuperar y vincular el derecho a la salud (asistencia sanitaria) a la condición de ciudadanía; diseñar mecanismos y fórmulas que garanticen (en la medida de lo posible) la sostenibilidad financiera del SNS teniendo en cuenta la arquitectura competencial del las CCAA; mejorar los elementos de coordinación y cohesión, -como el Fondo de Cohesión Sanitaria o los servicios de referencia del SNS-; establecer garantías de igualdad y accesibilidad a los servicios por parte de los ciudadanos, así como de calidad y uniformidad en la cartera de servicios comunes.

El sistema sanitario, como institución fundamental de servicio público, es un instrumento social insustituible en el proceso de legitimación del Estado del bienestar, lo que hace más necesario si cabe llevar a cabo las reformas estructurales que sirvan para reorientar y garantizar la consistencia y la sostenibilidad de las arquitecturas sociales en cuanto a prestaciones públicas y servicios asistenciales. Es justo reconocer que a lo largo de los últimos treinta años, en todo el tiempo transcurrido desde su promulgación, la LGS ha constituido sin duda una herramienta básica y una pieza clave para el desarrollo y mejora de la sanidad pública y del sistema sanitario.

Ha querido el azar que coincida esta efeméride con el cuarto aniversario de la entrada en vigor del malhadado RDL 16/2012 de 24 de abril, de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, cuyo nombre y denominación es a todas luces una enorme muestra de cinismo e hipocresía y que ha constituido sin duda la mayor agresión y el ataque frontal más descarado al espíritu generoso y solidario de la Ley General de Sanidad. Sirvan estas líneas para pedir una vez más su derogación por el futuro Gobierno, sea éste el que sea… 


viernes, 25 de octubre de 2013

Mutilar el alma colectiva

Folleto informativo sobre el nuevo sistema público de salud en 1948

Con el documental «El espíritu del 45», el director británico Ken Loach, ha realizado una gran película que -al menos en mi caso-, conmueve y transmite emoción, inquietud y nostalgia a partes iguales. A través de una serie de imágenes de la época y de diversas entrevistas actuales con viejos ferroviarios, mineros, enfermeras, médicos y algún sociólogo y analista político, da cuenta del extraordinario ambiente en el que se originaron las principales estructuras del sistema de protección social creado en el Reino Unido tras la II Guerra Mundial… y de cómo la irrupción de las políticas neoliberales supuso, años más tarde, el inicio de su desmantelamiento.

En 1989 tuve la suerte y el privilegio de conocer al Dr. Julián Tudor Hart, en el transcurso de un viaje a la Universidad de Swansea, en Gales, para conocer el funcionamiento del NHS, que ya entonces comenzaba su declive. Le visitamos en su casa de Glyncorrwg, donde todavía ejercía su brillante actividad como GP y nos recibió con enorme amabilidad. Resulta emocionante contemplar en la película cómo, a los 86 años de edad, aún mantiene su entusiasmo y los mismos ideales de justicia social que siempre inspiraron el desarrollo de su carrera y su labor profesional… 

En nuestro caso, el documental trasciende además el marco y el contexto histórico en que se desarrolla, para convertirse en precisa y oportuna denuncia, aviso y llamada de atención para toda suerte de navegantes distraídos (y casi me atrevería a decir de obligada visión para los trabajadores de la sanidad de este país).

Transcribo algunos fragmentos de las críticas cinematográficas publicadas:

“La historia se repite en estos tiempos de crisis encubridora del fraude económico perpetrado por ciertos políticos y banqueros. De ahí que vuelva a lucharse por la preservación de elementos básicos como la sanidad y el transporte públicos.”
Lluis Bonet Mojica (La Vanguardia, 13-9-2013)

“Observando la realidad española, donde la denigración de lo público (vía neoliberalismo de señoritos católicos) forma parte de nuestro menú diario, el nuevo documental de Ken Loach se hace muy necesario.”
“Un documental sobre la comunidad, lo público y cómo destruirlo en pocos años.”
Eduardo Costa (Cinemanía)

“…para nosotros, El espíritu del 45 no es un bienintencionado artefacto diseñado para despertar conciencias a través de la memoria, sino una suerte de mensaje caído del cielo (o de otra realidad espacio-temporal) que disecciona nuestro presente como una redundancia del thatcherismo.” (…)

“La enseñanza pública de nuestro país debería programar excursiones masivas a las salas donde se proyecta esta película: el trabajo de Loach permite entender, con claridad meridiana, lo que gana una sociedad con la extensión de sus servicios públicos -la educación, la sanidad, el transporte…- y cómo acaba mutilando el alma colectiva la voracidad privatizadora que ahora mismo nos está convirtiendo en repetición de la jugada de quienes sufrieron los mejores años de Margaret Thatcher…”
Jordi Costa (El País, 13-9-2013)

Sorprende –hasta cierto punto- como señala Joaquín Estefanía en una columna a propósito de la película, que ahora se hayan olvidado algunas de las medidas sociales más importantes que la sociedad europea hubo de poner en marcha en la posguerra, y cuya finalidad principal era evitar el paro y el sufrimiento provocado por la miseria, la pobreza y la enfermedad. En realidad, hoy “lo que está en juego es el modelo social europeo, la mejor utopía factible de la humanidad”  y estamos asistiendo al “triunfo de la ideología de la revolución conservadora sobre la razón.”

No sabemos muy bien cómo será el futuro del NHS, pero podemos asistir en directo a su nacimiento a través de las voces de sus principales artífices y protagonistas en los magníficos documentos sonoros de los archivos de la BBC.

En relación con el NHS y a propósito del progresivo desguace y privatización de que -con la excusa de la crisis-, vienen siendo objeto numerosos servicios públicos y sistemas de protección social, escribía muy duramente el periodista y escritor Jorge M. Reverte (Modelos. EL PAÍS 19-9-2013):

“Hace poco más de un año los telespectadores de todo el mundo asistimos con asombro a una demostración espectacular: la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres. Toda la ceremonia giró en torno a una institución, The National Health Service. Los ingleses se mostraban orgullosos de aquel montaje que fue ejemplo para el mundo. Fue una de las más desvergonzadas exhibiciones que se ha podido ver por televisión. Porque todo el mundo sabía que semejante cosa, el NHS, está destrozado de forma concienzuda. Margaret Thatcher y todos sus sucesores, Tony Blair incluido, se han aplicado en serio hasta conseguir que el sistema sanitario británico esté un puntito por encima del tanzano.

Pero se les ha quedado en la memoria de tal manera que siguen reivindicando el montaje como si el NHS funcionara aún con toda su alegría socialdemócrata. Aquí no nos funciona ni la memoria. Durante unos años, desde 1982, en España se construyó un sistema de educación y de salud que no tenía mucho que envidiar a los mejores de Europa en calidad, tecnología y profesionalidad de los funcionarios que lo hacían andar todos los días. Ese sistema se está desarbolando con la misma eficacia salvaje que se aplicó en Gran Bretaña. Todavía no estamos en esos niveles de miseria que se respira, por ejemplo, en las salas comunes de los hospitales de Manchester. Pasa lo mismo en otros terrenos: los trenes, que fueron también un orgullo de esa nación, se van rompiendo por todas las esquinas. Los españoles todavía andan y son, además, puntuales.

Londres nos envía brillos cegadores desde la City, donde una cuadrilla de ladrones vestidos con elegancia manipulan los tipos de interés mientras se toman unas pintas en pubs como el Black Friars. Hacia ahí vamos, conducidos por Rajoy. En pocos años, podremos presentarnos de nuevo al COI. Orgullosos de nuestra chatarra.”

Mientras tanto, si tienen oportunidad, (al parecer solo circulan ocho copias en toda España, lo que la convierte en algo casi clandestino), procuren no perderse esta hermosa película, un puente entre la nostalgia militante y el presente.


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