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jueves, 28 de febrero de 2013

(Algunas) propuestas para tiempos grises

“…hay cosas que sólo la literatura, con sus medios específicos, puede dar.”

Italo Calvino

Escritas por invitación para ser dictadas en la cátedra “Charles Eliot Norton Poetry Lectures” de la Universidad de Harvard, durante el curso 1985-1986, Italo Calvino redactó una serie de conferencias concebidas inicialmente como la exposición de algunos de los valores, cualidades o especificidades que, a su juicio, la literatura debería conservar en el milenio que se avecinaba. Su repentino fallecimiento le impidió culminar el proyecto e impartir las conferencias.

En el momento de su muerte, en septiembre de 1985, Calvino dejó escritas y acabadas cinco del ciclo de las seis conferencias obligatorias pactadas, que fueron publicadas posteriormente en 1989 con el sugerente título de Seis propuestas para el próximo milenio. El título y los temas sobre los que versaban eran los siguientes: Levedad, Rapidez, Exactitud, Visibilidad, Multiplicidad y Consistencia. Esta última no llegó a ser escrita. En una nota preliminar al texto su hija reveló que Calvino tenía ideas y materiales por lo menos para ocho conferencias, pero la muerte le sorprendió antes de viajar a Harvard. Allí hubiera escrito la última de las conferencias previstas, (Consistency), que al parecer se habría referido, entre otras cosas, al Bartleby el escribiente de Herman Melville.

Resulta llamativo comprobar cómo las cualidades o características –auténticas virtudes- que Calvino identifica y atribuye a la literatura, sean además las más específicas o propias de nuestra época, tal vez las más destacables, anticipando de alguna forma la “era de la información” y la comunicación, la Sociedad Red, Internet y la Web. Pero al mismo tiempo, creo que la enumeración de estos sencillos principios constituye una especie de declaración ética sobre las cualidades que deberían guiar nuestro desempeño, tanto en la vida profesional como en la vida diaria.


·         Levedad

Por “levedad” entiende sustraer peso, reducir (a lo esencial) la idea del pensar, sin que ello suponga restarle gravedad e importancia, aligerar la estructura narrativa y el lenguaje:

“[…] existe una levedad del pensar, así como todos sabemos que existe una levedad de lo frívolo; más aún, la levedad del pensar puede hacernos parecer pesada y opaca la frivolidad.”

No se refiere solo a la literatura cuando afirma: “Hoy todas las ramas de la ciencia parecen querer demostrarnos que el mundo se apoya en entidades sutilísimas, como los mensajes del ADN, los impulsos de las neuronas, los quarks, los neutrinos errantes en el espacio desde el comienzo de los tiempos…”

De una manera muy clara habla también de la perspectiva de la innovación: “…he de cambiar mi enfoque, he de mirar el mundo con otra óptica, otra lógica, otros métodos de conocimiento y de verificación.”

Calvino añade las siguientes consideraciones sobre la tecnología informática: “Es cierto que el software no podría ejercitar los poderes de su levedad sin la pesadez del hardware, pero el software es el que manda, el que actúa sobre el mundo exterior y sobre las máquinas, que existen solo en función del software, se desarrollan para elaborar programas cada vez más complejos. La segunda revolución industrial no se presenta como la primera, con imágenes aplastantes como laminadoras o coladas de acero, sino como los bits de un flujo de información que corre por circuitos en forma de impulsos electrónicos. Las máquinas de hierro siguen existiendo pero obedecen a los bits sin peso.”

Concluye finalmente que: “[…] nos asomaremos al próximo milenio, sin esperar encontrarnos nada más que aquello que seamos capaces de llevar.”

·         Rapidez

Para Calvino, la rapidez se sitúa en un punto de articulación entre velocidad física y velocidad mental. Vivimos “…en la época en que la experiencia de las grandes velocidades ha llegado a ser fundamental en la vida humana.”  Hoy, un cuarto de siglo después, nuestra imagen de referencia es la de la multiplicación, la instantaneidad y la inmediatez en la transmisión de la información. Pero nos advierte:

“Un razonamiento veloz no es necesariamente mejor que un razonamiento ponderado, todo lo contrario; pero comunica algo especial que reside justamente en su rapidez.”
“Cada uno de los valores [escogidos] no pretende excluir el valor contrario: así como en mi elogio de la levedad estaba implícito mi respeto por el peso, así esta apología de la rapidez no pretende negar los placeres de la dilación.”

Hace unos días, un tuit de @manyez llamaba mi atención: “Aprendiendo rápido, que cada día hay más cosas por hacer y mejorar…” Si bien rapidez de estilo y de pensamiento quieren decir sobre todo agilidad, movilidad y economía del tiempo, valores reconocidos y ensalzados en una época congestionada como la nuestra, no está de más, sostiene Calvino, hacer una llamada de recuerdo a la prudencia, contenida en la antigua máxima Festina lente (apresúrate despacio). Un lema que concentra en su escueta formulación las expresiones latinas Velocitatem sedendo tarditatem tempera surgendo (que puede traducirse como un consejo moral: "modera tu velocidad sentándote y tu tardanza moviéndote") y Medium tenvere beati (“los bienaventurados conservaron el punto medio”, es decir, la idea aristotélica de que la virtud se halla en el punto medio)…

·         Exactitud

Se refiere al orden, a la precisión, al rigor conceptual, a la búsqueda del léxico y de la forma de expresión más rica, sutil y precisa: “[…] tengo la impresión de que el lenguaje se usa siempre de manera aproximativa, casual, negligente, y eso me causa un disgusto intolerable.”

Pero Italo Calvino comprueba además la falta de precisión y la inconsistencia no sólo de las imágenes o del lenguaje, sino del mundo: “La peste ataca también la vida de las personas y la historia de las naciones vuelve informes, casuales, confusas, sin principio ni fin, todas las historias. Mi malestar se debe a la pérdida de forma que constato en la vida, a la cual trato de oponer la única defensa que consigo concebir: una idea de la literatura.”

Y aunque exactitud e imprecisión son los polos entre los que se desenvuelve y oscila siempre nuestra vida, “no hay límite a la minuciosidad y al detalle con que se puede contar la historia más sencilla”, nos dice Calvino recordando a Leonardo.

·         Visibilidad

La sobreabundancia de imágenes en la que estamos inmersos puede –paradójicamente- suponer el riesgo de perder la imaginación, la facultad de “pensar” con imágenes. “De cualquier modo, todas las ‘realidades’ y las ‘fantasías’ pueden cobrar forma sólo a través de la escritura, en la cual exterioridad e interioridad, mundo y yo, experiencia y fantasía aparecen compuestas de la misma materia verbal; las visiones polimorfas de los ojos y del alma se encuentran contenidas en líneas uniformes de caracteres minúsculos o mayúsculos, de puntos, de comas, de paréntesis; páginas de signos alineados, apretados como granos de arena, representan el espectáculo abigarrado del mundo en una superficie siempre igual y siempre diferente, como las dunas que empuja el viento del desierto.”

·         Multiplicidad

La multiplicidad está relacionada con el modo de conocimiento contemporáneo según el cual el mundo es interpretado como una compleja trama de relaciones superpuestas, como una intrincada “red de conexiones entre los hechos, entre las personas, entre las cosas del mundo. Se trata de un concepto que remite a un enciclopedismo “abierto” hacia un saber y un conocimiento siempre potencial, conjetural, múltiple, no cerrado…

“[…] ¿qué somos, qué es cada uno de nosotros sino una combinatoria de experiencias, de informaciones, de lecturas, de imaginaciones? Cada vida es una enciclopedia, una biblioteca, un muestrario de estilos donde todo se puede mezclar continuamente y reordenar de todas las formas posibles.”

Como apuntábamos al principio, la última de las cualidades, valores, características o especificidades propuestas, la Consistencia, no llegó nunca a escribirse. De haberse referido al personaje de Bartleby, podemos suponer que abordaría conceptos tales como firmeza, constancia, coherencia y perseverancia, ideas todas ellas que se encuentran en el extraordinario relato de Melville…

Las “Seis propuestas para el próximo milenio” no es sólo un análisis más o menos detallado de una serie valores  propios o específicos de la literatura. Es también una hermosa historia condensada de la literatura y un inagotable estudio antropológico cuyas consideraciones pueden aplicarse a múltiples campos, entre otros en el quehacer sanitario.

Italo Calvino estaría hoy a punto de cumplir 90 años y, a la manera de Borges, nos habría recordado tal vez que memoria y olvido son dos entidades complementarias.

1 comentario:

  1. Uno de mis grandes...
    todavía recuerdo la impresión que me produjo leer "El Barón Rampanate" cuando era un adolescente...

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