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lunes, 10 de septiembre de 2012

Sobre el futuro del NHS


“Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se debe a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas”.
Bertrand Russell

En una serie de entradas recientes del blog The green benches su autor, Éoin Clarke, escribe sobre Jeremy Hunt, el hombre a quien el Primer Ministro británico David Cameron ha encargado recientemente la dirección del National Health Service (NHS) como nuevo Ministro de Sanidad, (Health Secretary), en sustitución de Andrew Lansley, quien parece haber contribuido ya suficientemente a una ‘caótica y antidemocrática gestión’, para socavar el NHS.

El nuevo responsable del sistema sanitario es coautor de un libro publicado en 2005: "Direct Democracy" (DD), en el que se refieren al NHS como ‘un error de 60 años’. Hunt defiende la ‘desnacionalización’ del NHS, la ruptura de las ‘barreras entre la provisión pública y privada’ de los servicios y la introducción de un sistema de seguros, (tipo Estados Unidos), en el que los pacientes paguen sus primas individuales y decidan cómo gastarlas en proveedores de su elección:

"We should fund patients, either through the tax system or by way of universal insurance, to purchase health care from the provider of their choice." (DD pág. 74)

"Our ambition should be to break down the barriers between private and public provision, in effect denationalising the provision of health care in Britain". (DD pág. 78)

En otra publicación de la que se hace eco el blog, aparecida en 2008: "The Plan", el ahora recién nombrado ministro estampó su firma en apoyo también de las propuestas liberalizadoras recogidas en el documento. La manera en que ambos libros hablan acerca del NHS es hoy un serio motivo de preocupación sobre el futuro del mismo:

"The NHS was designed over half a century ago, at a time of rationing and deep poverty. It was, and remains, a child of its time". (DD Pág. 76)

"…a 1940s monopolistic structure is no longer relevant in the Twenty-first Century." (DD Página 80)

Aún recordamos las brillantes imágenes de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres (cuya dirección corrió a cargo de Danny Boyle), hace apenas un mes y medio, en el que se rindió un emotivo homenaje al NHS, tan querido y respetado por los británicos, (sobre todo por las clases medias trabajadoras). Un espectáculo que molestó a algún conspicuo diputado conservador, que llegó incluso a calificarlo de “basura multicural izquierdista”). A pesar de estos sentidos homenajes, parece que a día de hoy las perspectivas sobre su futuro no son especialmente halagüeñas…


Curiosamente, en este contexto tan poco favorable, el King’s Fund acaba de publicar un nuevo informe con un título significativo: Transforming the delivery of health and social care. The case for fundamental change” cuyos prestigiosos autores (Chris Ham, Anna Dixon y Beatrice Brooke) proponen una serie de cambios para mejorar el funcionamiento del NHS de cara al futuro.

El resumen del documento viene a decir que, aun reconociendo los importantes progresos en la prestación de servicios ocurridos en los últimos años, el actual sistema de atención sanitaria y social no ha podido mantener el ritmo y adecuarse a las necesidades de una población que envejece, a los cambios en la morbilidad y al aumento de las expectativas de usuarios y pacientes. [Por ello] es preciso realizar una serie de cambios fundamentales en la forma de prestación de estos servicios, poniendo un mayor énfasis en una serie de aspectos:

·         Prevención de las enfermedades y abordaje de factores de riesgo, como la obesidad, ayudando a la gente a conservar la salud.
·         Apoyar a las personas para que se mantengan y vivan en sus propios hogares, ofreciendo una más amplia gama de opciones de alojamiento en la comunidad.
·         Proporcionar altos estándares de atención primaria y facilitando en su caso que se presten más servicios en este ámbito.
·         Hacer más eficaz y efectivo el uso de los servicios comunitarios de salud y de asistencia social relacionados, garantizando que estos servicios estén disponibles 24/7 cuando sea necesario.
·         Recurrir a los hospitales de agudos y residencias sólo para aquellas personas que no puedan ser tratadas o atendidas más adecuadamente en otros ámbitos.
·         Integrar la atención y los cuidados alrededor de las necesidades de las personas y de las poblaciones.

A partir de estas directrices, se plantean una serie de implicaciones para el futuro desarrollo del sistema. Animan a que los directivos tanto locales como nacionales adopten una perspectiva estratégica, en vez de centrarse en soluciones a corto plazo buscando mantener o preservar los servicios existentes: 

«En nuestra opinión, el futuro sistema de prestación de atención sanitaria y social necesita:

·         Ver a los pacientes y usuarios del servicio como parte del equipo de atención.
·         Centrarse en el desarrollo de equipos eficaces de atención sanitaria y social cuyos integrantes trabajen de manera flexible, haciendo el uso más completo de la gama de competencias y habilidades disponibles.
·         Proporcionar atención en el lugar correcto en el momento adecuado (oportuno) reduciendo la sobredependencia de los hospitales y residencias.
·         Utilizar las tecnologías de la información y la comunicación para revolucionar la experiencia de los pacientes y usuarios.
·         Aprovechar más eficazmente el potencial de las nuevas tecnologías sanitarias.
·         Hacer un uso inteligente de los datos y de la información para capacitar a los pacientes, apoyando a los profesionales para que brinden una atención de alta calidad.»

                                                                                                                                                                                                                                                     Graham

La implementación y el desarrollo de nuevos modelos de atención, -sostienen los autores-, supondrá el desmantelamiento de los ‘anticuados modelos de atención’ existentes; apoyar a las organizaciones del NHS para innovar y adoptar las mejores prácticas establecidas; reconocer el potencial de nuevos proveedores como una fuente importante de innovación; desarrollar una cultura que valore el apoyo de los compañeros en el aprendizaje y la innovación, e incentivar a los agentes a nivel local para ensayar esos nuevos modelos de atención llevando a la práctica las ideas y recomendaciones del informe.

Parece claro que las presiones financieras, los recortes y las tendencias privatizadoras que caracterizan a la extensa ola neoliberal en la que nos encontramos, auguran una serie de profundos cambios en la mayoría de los sistemas sanitarios públicos europeos. El NHS tampoco escapará a ello. Cabe preguntarse en qué medida algunas de las propuestas de reforma y de los planteamientos recogidos en el Informe, (con una formulación y un lenguaje premeditadamente ambiguos, y con la consabida retórica gerencial), supondrán o no, si las recomendaciones son recogidas y aplicadas por el gobierno conservador, no ya la transformación, como recoge su título, sino la desaparición de un modelo sanitario que durante muchas décadas fue ejemplar y paradigmático.

En una próxima entrada analizaremos y resumiremos con algo más de detalle este interesante Informe.

 

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