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lunes, 13 de agosto de 2012

Sobre Desobediencia Civil #yoSísanidaduniversal

Arthur Bloomfield (1888-1962)

"No importa cuán pequeño pueda parecer el comienzo: lo que se hace bien, bien hecho queda para siempre."

La desobediencia civil consiste, básicamente, en no acatar una norma que se tiene obligación de cumplir. La norma que debería obedecerse es, por lo general, una norma jurídica, o en todo caso cualquier norma que el grupo en el poder considera investida de autoridad en el sentido de que su transgresión debe acarrear inevitablemente un castigo. Hay que destacar que en el concepto de desobediencia civil se incluye "cualquier acto o proceso de oposición pública a una ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevado a cabo y mantenido para conseguir unos fines sociales concretos".

He aquí una campaña de desobediencia civil por la que merece la pena movilizarse:

Se trata de una iniciativa emprendida por un amplio grupo de profesionales, que hace un llamamiento tanto a los ciudadanos y usuarios, como al propio colectivo sanitario, en favor de una atención sanitaria universal, tal y como la entendíamos hasta ahora en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Como se sabe, tras la entrada en vigor del Real Decreto Ley 16/2012, una serie de colectivos perderán su derecho a recibir atención sanitaria. El carácter de universalidad de la asistencia venía dado por la consideración de que se trataba de un derecho de la persona, vinculado a la condición de ciudadanía y de residencia, no limitado por situaciones más o menos transitorias, como la de carecer de papeles o la edad (los mayores de 26 años que no hayan trabajado antes). Esta condición es la que ahora se ve amenazada en el marco de los ajustes y recortes que está llevando a cabo el Gobierno. Nadie pone en cuestión la necesidad de mejorar la eficiencia del gasto sanitario, o la necesidad de introducir cambios y reformas, (eso es innovar y gestionar), con independencia de la actual crisis, pero sí los métodos que se empleen para ello, y en qué consistan realmente esas supuestas "reformas".

La última noticia es que el Ministerio de Sanidad pretende exigir 710 euros al año a los "sin papeles" por ser atendidos. Y lo cierto es que hacer pagar una cuota, una especie de "seguro" o póliza de asistencia, a los "sin papeles" revela una concepción mercantil de la salud y la sanidad. Se trata de una propuesta que ha sido rechazada desde diferentes instancias y grupos sanitarios, y por varias CCAA, en la medida en que forma parte y supone el desmantelamiento del actual modelo sanitario, universal y gratuito, (como sostiene por ejemplo en una reciente entrevista el Viceconsejero de Sanidad del País Vasco).

Además, ante la actitud de manifiesta objeción de muchos profesionales, el Ministerio ha optado por "avisar" a los médicos de que no podrán atender a "sin papeles". En este sentido, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) sostiene que "el ejercicio de la profesión médica lleva aparejadas ciertas obligaciones éticas de las que los médicos no pueden desprenderse. Ni por la conveniencia personal ni por disposiciones gubernamentales", (Análisis ético ante la retirada de asistencia sanitaria a inmigrantes sin permiso de residencia).
Vergara, en Zona Crítica (10-8-2012)

Desde la Presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) se apoya esta posición. Sin embargo, en una posición más cautelosa y timorata, el Consejo General de Colegios de Enfermería ha alertado a sus miembros de que seguir atendiendo inmigrantes sin papeles en horario laboral y con recursos públicos puede suponer una infracción. Sostienen que esa acción no sería "objeción de conciencia", sino "insumisión".

Las últimas noticias son aún más confusas. A la vista de las reacciones suscitadas, en un ejercicio de funambulismo político y de permanente y continuada improvisación -a los que cada vez nos tienen más acostumbrados- las autoridades sanitarias declaran que se atenderá a los "sin papeles" y que se cobrará a sus países de origen, algo que hoy por hoy es inviable.

Además de algunas CCAA que se han manifestado contrarias a estas medidas, no sólo por cuestiones éticas o de humanidad, sino por obvias razones epidemiológicas y de salud pública que no parecen haberse tenido en cuenta, desde algunas instancias políticas se han planteado también recurrir la exclusión de la asistencia sanitaria de las personas en esta situación:


Entre tanto, en la página Web de yo Sí sanidad universal pueden encontrarse un buen puñado de documentación y materiales útiles para poder ejercer el derecho a la desobediencia civil: modelos de objeción para sanitarios, "documentos para la desobediencia", modelos para llevar a cabo diferentes trámites y reclamaciones, así como acceso a algunos de los documentos legales de esta inicua e indecente normativa legal en la que se sustenta este enorme cúmulo de despropósitos que supone la voladura del SNS.
Seguiremos atentos...

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo,interesante reflexión.Lamentablemente no estoy seguro que la profesión sanitaria esté por la labor. He asistido a reuniones en las que lo único que preocupaba era el recorte salarial y la ampliación de jornada.
    Enhorabuena por tus artículos
    He llegado a tu blog a través de Maluca

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  2. Muchas gracias por tus amables palabras, Antonio. Ya sé que tal vez lo que más preocupa a muchos sanitarios, al menos inicialmente, son los propios problemas económicos y laborales, que les impiden ver más allá... Pero habrá que seguir insistiendo, a pesar de todo. La profesionalidad, la ética y la deontología deberían estar por encima de esas cosas, pero las cuestiones "domésticas" son muy humanas. Ya lo dice el adagio latino: "Primum vivere deinde philosophari".
    Saludos.

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