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lunes, 13 de agosto de 2012

Sobre Desobediencia Civil #yoSísanidaduniversal

Arthur Bloomfield (1888-1962)

"No importa cuán pequeño pueda parecer el comienzo: lo que se hace bien, bien hecho queda para siempre."

La desobediencia civil consiste, básicamente, en no acatar una norma que se tiene obligación de cumplir. La norma que debería obedecerse es, por lo general, una norma jurídica, o en todo caso cualquier norma que el grupo en el poder considera investida de autoridad en el sentido de que su transgresión debe acarrear inevitablemente un castigo. Hay que destacar que en el concepto de desobediencia civil se incluye "cualquier acto o proceso de oposición pública a una ley o una política adoptada por un gobierno establecido, cuando el autor tiene conciencia de que sus actos son ilegales o de discutible legalidad, y es llevado a cabo y mantenido para conseguir unos fines sociales concretos".

He aquí una campaña de desobediencia civil por la que merece la pena movilizarse:

Se trata de una iniciativa emprendida por un amplio grupo de profesionales, que hace un llamamiento tanto a los ciudadanos y usuarios, como al propio colectivo sanitario, en favor de una atención sanitaria universal, tal y como la entendíamos hasta ahora en el Sistema Nacional de Salud (SNS).

Como se sabe, tras la entrada en vigor del Real Decreto Ley 16/2012, una serie de colectivos perderán su derecho a recibir atención sanitaria. El carácter de universalidad de la asistencia venía dado por la consideración de que se trataba de un derecho de la persona, vinculado a la condición de ciudadanía y de residencia, no limitado por situaciones más o menos transitorias, como la de carecer de papeles o la edad (los mayores de 26 años que no hayan trabajado antes). Esta condición es la que ahora se ve amenazada en el marco de los ajustes y recortes que está llevando a cabo el Gobierno. Nadie pone en cuestión la necesidad de mejorar la eficiencia del gasto sanitario, o la necesidad de introducir cambios y reformas, (eso es innovar y gestionar), con independencia de la actual crisis, pero sí los métodos que se empleen para ello, y en qué consistan realmente esas supuestas "reformas".

La última noticia es que el Ministerio de Sanidad pretende exigir 710 euros al año a los "sin papeles" por ser atendidos. Y lo cierto es que hacer pagar una cuota, una especie de "seguro" o póliza de asistencia, a los "sin papeles" revela una concepción mercantil de la salud y la sanidad. Se trata de una propuesta que ha sido rechazada desde diferentes instancias y grupos sanitarios, y por varias CCAA, en la medida en que forma parte y supone el desmantelamiento del actual modelo sanitario, universal y gratuito, (como sostiene por ejemplo en una reciente entrevista el Viceconsejero de Sanidad del País Vasco).

Además, ante la actitud de manifiesta objeción de muchos profesionales, el Ministerio ha optado por "avisar" a los médicos de que no podrán atender a "sin papeles". En este sentido, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) sostiene que "el ejercicio de la profesión médica lleva aparejadas ciertas obligaciones éticas de las que los médicos no pueden desprenderse. Ni por la conveniencia personal ni por disposiciones gubernamentales", (Análisis ético ante la retirada de asistencia sanitaria a inmigrantes sin permiso de residencia).
Vergara, en Zona Crítica (10-8-2012)

Desde la Presidencia de la Organización Médica Colegial (OMC) se apoya esta posición. Sin embargo, en una posición más cautelosa y timorata, el Consejo General de Colegios de Enfermería ha alertado a sus miembros de que seguir atendiendo inmigrantes sin papeles en horario laboral y con recursos públicos puede suponer una infracción. Sostienen que esa acción no sería "objeción de conciencia", sino "insumisión".

Las últimas noticias son aún más confusas. A la vista de las reacciones suscitadas, en un ejercicio de funambulismo político y de permanente y continuada improvisación -a los que cada vez nos tienen más acostumbrados- las autoridades sanitarias declaran que se atenderá a los "sin papeles" y que se cobrará a sus países de origen, algo que hoy por hoy es inviable.

Además de algunas CCAA que se han manifestado contrarias a estas medidas, no sólo por cuestiones éticas o de humanidad, sino por obvias razones epidemiológicas y de salud pública que no parecen haberse tenido en cuenta, desde algunas instancias políticas se han planteado también recurrir la exclusión de la asistencia sanitaria de las personas en esta situación:


Entre tanto, en la página Web de yo Sí sanidad universal pueden encontrarse un buen puñado de documentación y materiales útiles para poder ejercer el derecho a la desobediencia civil: modelos de objeción para sanitarios, "documentos para la desobediencia", modelos para llevar a cabo diferentes trámites y reclamaciones, así como acceso a algunos de los documentos legales de esta inicua e indecente normativa legal en la que se sustenta este enorme cúmulo de despropósitos que supone la voladura del SNS.
Seguiremos atentos...

jueves, 9 de agosto de 2012

‘Prometheus’: Atención médica en 2093

Muelle (Foto Virgipix)
Nota: He estado dudando acerca del lugar más apropiado para colgar esta entrada: en el blog Regimen Sanitatis 2.0, con unas pretensiones digamos algo más “serias” o “profesionales”, o en El Frikismo ilustrado, un blog compartido que no deja de ser serio y riguroso en el abordaje de sus temas, pero indudablemente –y como su propio nombre indica- más raro, extraño o extravagante, y desde luego con un planteamiento algo más ‘acratoide’. Finalmente decido incorporarla a ambos…

Aprovechando el periodo vacacional hemos ido al cine a ver Prometheus, nombre de la nave científica que protagoniza la expedición que da título a la última película de Ridley Scott, en lo que se anunciaba como un esperado regreso a la ciencia ficción. Recordemos que dos de sus primeras películas, Alien (1979), en cuyo universo se sitúa esta nueva cinta, que se considera como una especie de antecedente o precuela de la misma y, sobre todo, BladeRunner (1982), pasan por ser hitos del género Sci-Fi en el cine de todos los tiempos.

El resultado, a pesar de una aparente brillantez formal, de su efectismo y de los generosos medios empleados, no deja de ser algo decepcionante. Aunque visualmente poderosa, con algunas escenas y secuencias de interés, la película aparece lastrada por una excesiva retórica, cierta pretenciosidad y un afán o ansiedad de trascendencia que acaba dañando las (tal vez desmesuradas) expectativas que había despertado.

El guión, en el que ha intervenido Damon Lindelof, uno de los responsables de la exitosa serie Lost, resulta (¿deliberadamente?) confuso y los actores dan vida a unos personajes muy planos y poco elaborados. Resulta significativo y paradójico que el androide ‘David’ sea tal vez el mejor y más acabado. Más allá de algunas inesperadas incongruencias, todo tiene ya un incómodo aire de ‘deja vu’ que acaba cansando.

Lo más interesante, y a ello dedicaremos el resto de la entrada, es que aparte de la película, Prometheus ha creado todo un mundo de contenido paralelo a su alrededor, (cosas de la promoción y del marketing). Incluso la compañía Weyland Corp. que financia la expedición de la nave, (teóricamente en el año 2093), tiene su propia página Web: en la que podemos ver las actividades y los campos en que desarrolla su hipotética actividad comercial: Electrónica, Energía, Transporte, Seguridad y Sanidad. ¡Incluye hasta un TEDTalk supuestamente grabado en 2023 por el presidente de la empresa, Sir Peter Weyland!

Veamos como estará la Sanidad dentro de 80 años, en 2093, según Weyland Health:

«Los avances en la ciencia médica han mejorado miles de millones de vidas en los últimos 50 años -y más del 90% de estos avances proceden del reconocido sector de la salud de Weyland. Desde 2022, con el inicio de su primer programa sobre ciencias médicas, Industrias Weyland se ha convertido en un campeón sin igual para lograr mejor salud, mejor atención sanitaria  y mejores intervenciones quirúrgicas para salvar vidas. En ese medio siglo, los avances farmacéuticos y genéticos de Weyland han mejorado la esperanza de vida en la Tierra en un 16% y en un sorprendente 21% para los empleados de Weyland.

Hoy día, el sector de la salud de Weyland emplea a más de 80 millones de científicos, investigadores, técnicos, médicos y enfermeras. Estos profesionales sanitarios atienden a más de tres mil millones de ciudadanos por año en miles de hospitales y comunidades de toda la galaxia.

En 2034, Weyland Health destinó 500.000 millones de dólares en becas académicas para investigadores en el campo de la ingeniería genética. Esta financiación ha facilitado el descubrimiento de los procesos de selección genética, una parte vital del mundo de la salud reproductiva en la actualidad. En biotecnología, los productos farmacéuticos Weyland se utilizan en más hospitales, clínicas y unidades médicas extraterrestres que cualquier otra marca. En tecnología mínimamente invasiva, nuestra nueva línea de equipos quirúrgicos ha sido mejorada aún más, automatizándola y haciéndola más eficiente en el diagnóstico.

Weyland también ha ampliado su línea de productos a las innovaciones para el hogar y para su lugar de trabajo. Pueden encontrarse Centros Móviles externos de diagnóstico (MEDICs) en casi todos los hogares, aulas, almacenes y sistemas de transporte a través de toda la galaxia.

Desde el descubrimiento de la curación para los cánceres más frecuentes, Weyland persigue con mayor intensidad el logro de su visión de una población libre de enfermedad mediante una mejor tecnología e inversiones en investigación médica. En resumen, el logro de un mundo mejor a través de una mejor salud.»

Como se ve, resulta bastante creíble, muy similar -prácticamente idéntico- a los anuncios publicitarios de cualquier empresa de las que actualmente se dedican a comercializar seguros privados de salud.

En varios momentos de la película aparecen diversos aparatos médicos; el más destacado de ellos es una cápsula quirófano inteligente denominada 720i MedPod (una especie de robot quirúrgico Da Vinci automático evolucionado), en el que la protagonista se realiza a sí misma una cesárea.

Y este es el texto de la publicidad comercial ficticia que aparece en la página Web sobre la misma:

«Este mismo año industrias Weyland ha presentado el 720i MedPod, aprobado por la FDA. Es nuestra unidad más avanzada hasta la fecha. Puede diagnosticar, tratar y realizar una serie de procedimientos quirúrgicos con incisiones láser ultra finas guiadas por exploración anatómica en 3D. Los procedimientos incluyen desde el diagnóstico y el tratamiento de la infección mediante inyecciones de antibióticos concentrados, reparación básica de heridas, apendicetomía, extirpación laparoscópica y cesáreas. En la actualidad se han fabricado y desplegado una docena de unidades por parte de Industrias Weyland para llevar a cabo pruebas prácticas.»

Otros aparatitos y dispositivos médicos fabricados por Weyland serían:

MEDICS (Mobile External Diagnostic Centers)

«MEDiCs es una herramienta fundamental en cualquier espacio público y en entornos ciudadanos. MEDiCs proporciona tranquilidad y seguridad como nunca antes. Basta con abrir el armario de la pared y extraer el chaleco de diagnóstico. Una vez colocado sobre el paciente, MEDiCs determinará el alcance de todos los daños externos, analizará muestras de sangre si es necesario, mostrando los resultados en cuestión de minutos. El personal de urgencias puede también acceder inmediatamente a la información médica del paciente y transmitirla a los centros sanitarios más cercanos. MEDiCs puede ser utilizado por cualquier ciudadano mayor de edad y ya ha salvado millones de vidas.»

Reestabilizador Sináptico
 

«Otra destacable proeza tecnológica de los científicos de Weyland, el Reestabilizador Sináptico, a través de la inervación eléctrica precisa, despierta las neuronas inactivas en el tejido cerebral de pacientes fallecidos o moribundos. Esta delicada tecnología es muy sensible y está restringida a un selecto grupo de médicos y científicos. Los 9 Reestabilizadores existentes se han utilizado durante los últimos 2 años en facultades de medicina y centros de investigación biotecnológicos sólo para uso experimental, en espera de investigación por parte de la FDA.»

Cámaras Antigravedad de Recuperación

«Las Cámaras Antigravedad de Recuperación son una tecnología altamente sofisticada utilizada en hospitales y centros de rehabilitación. La investigación ha demostrado que los pacientes en condiciones antigravedad presentan una tasa de recuperación un 70% más rápido en lesiones traumáticas o enfermedad. Los científicos de Weyland han diseñado una instalación de tamaño de una habitación que simula condiciones de antigravedad al nivel deseado. Los pacientes pueden beneficiarse del tratamiento antigravedad, mientras se encuentran cómodamente en cama. Este producto se encuentra actualmente en una versión limitada exclusivamente a las principales áreas metropolitanas en la Tierra.»

Hasta aquí este hipotético catálogo futuro. Dos detalles: los visionarios guionistas de Prometheus creen que dentro de ochenta años seguirá existiendo la FDA (!) y la humanidad seguirá fascinada por la tecnología médica. Es muy posible que así sea, aunque otra cosa es saber si dicha tecnología será accesible y estará al alcance de la mayoría de la población, o únicamente estará disponible para algunos privilegiados que puedan pagárselo. Es decir, los mismos problemas que estamos viendo hoy mismo, en 2012...

jueves, 2 de agosto de 2012

De la prudencia (aniversario)


Se cumple hoy un año del inicio de la singladura de este Regimen Sanitatis 2.0 con el lanzamiento de su primera entrada al océano de la blogosfera.

Como conmemoración, (y tal como están las cosas hoy), he considerado oportuno transcribir algunos párrafos de uno de los capítulos del Libro “La Conservación de la salud del cuerpo y del alma”  del que ya hemos hablado en un post anterior, en el que se refiere a la virtud de la “Prudencia”, haciendo una llamada a su necesario cultivo y puesta en práctica.

La Prudencia se define como la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela. Se entiende también como la virtud de comunicarse con los demás por medio de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado, actuando con respeto de los sentimientos, la vida y las libertades de las demás personas...

CAPÍTULO LVI. En el cual se trata como cada cual debe procurar la virtud de la prudencia, pues con ella se vive más dichosamente y se conserva mejor la salud, y se alargan los días de la vida.
Nadie habrá que no entienda de cuanto momento y peso sea para la conservación de la salud la virtud de la prudencia, pues anda siempre acompañada de todas las demás virtudes, como lo dice Cicerón en el quinto [libro] de las Cuestiones Tusculanas. Y San Agustín nos enseña que la prudencia es ciencia de las cosas buenas, de las malas, y las neutras. Y lo confirma en el libro décimo noveno de la Ciudad de Dios, en el capítulo cuarto. Porque la prudencia que está en la parte racional del alma que se dice opinativa o estimativa, con sola su fuerza y virtud, sin el favor de otra alguna parte puede aconsejar a sí y a todos los demás los males y los bienes y prevenir en todas las cosas con altísimo consejo, como se colige de Aristóteles, en el libro sexto de las Éticas, en el capítulo quinto y en el libro de las virtudes. Y Marco Tulio, [Cicerón] en el tercero de la Retórica ad Herenniumnos avisa que por la prudencia podemos tener elección de los bienes o de los males. Y si es así, que la prudencia puede y tiene valor para elegir, y distinguir entre el bien y el mal, no hay duda sino que nos podrá apartar de infinitas ocasiones de males, y de muchos peligros de enfermedades en los cuales cada día vemos que el imprudente e inconsiderado como necio y torpe se deja caer, de los cuales el prudente y avisado se podrá guardar, pues acompañan siempre al tal hombre el amor y la inquisición [indagación, averiguación] de la verdad, la meditación del ánimo, la viveza del entendimiento, con suma atención, con memoria, con deliberación y elección de lo bueno, y con mucho estudio y ciencia. La cuales cosas todas se amonestan y aconsejan al prudente que nunca se confíe de su parecer, si en él no viere todos estos requisitos; pues está escrito, en el capítulo tercero de los Proverbios, que no estribemos en nuestra prudencia. Y en el capítulo duodécimo de la Epístola a los Romanos, que no queramos ser prudentes en nuestra sola opinión. Porque engañados con la filaucía [amor propio, egoísmo] pensando que sabemos mucho, andaremos en grandísima oscuridad palpando las tinieblas, como los hinchados filósofos, que pensando que eran muy sabios quedaron hechos tontos, y se desvanecieron en sus pensamientos. Porque se dejaron llevar de los movimientos del ánimo inconsiderados, movidos de sus propios afectos, de la locura y demencia, del olvido de los humanos acaecimientos, del amor propio, de la mala elección y de las temerarias acciones. Todo lo cual hace muy al revés el que escoge y se abraza con la prudencia, pues todos los bienes y virtudes que puede alcanzar procura de conservarlos, de defenderlos y usar de ellos sabiamente, como lo nota Plutarco en la oración consolatoria a Apolonio, y Macrobio en El sueño de Escipión, en el libro primero en el capítulo octavo, donde dice que el prudente, todo lo que piensa y hace, lo mide con el peso de la razón, y que siempre desde lejos provee en los humanos actos y sucesos varios, como lo advierte también Cicerón en el segundo de De Inventione. Esta tan gran virtud de la prudencia, dice Galeno en el libro que intituló Quod animi mores corporis temperamenta sequantur, [Que los hábitos del alma están en relación con los temperamentos del cuerpo], que procede y se adquiere de la sequedad, como la demencia e imprudencia de la humedad. Y aunque es verdad que esta disposición de cuerpo aprovecha alguna cosa, pero mucho mejor responde Platón en el Fedro , que hace prudentísimo al hombre la divina filosofía, y como también dice Macrobio en el libro primero en El sueño de Escisión, en el capítulo octavo, hace que menosprecie el mundo y todas cuantas cosas hay en él, y que el pensamiento solamente se levante a las cosas altas y divinas. Dicen también que a la prudencia la perfecciona el tiempo y la larga experiencia, juntamente con la observación de los humanos acaecimientos, como lo escribe Marsilio Ficino. Y Cicerón, en el primero de De Legibus, afirma que la naturaleza le da cierta fuerza y virtud. Y el Santo Job en el capítulo duodécimo dice que en el mucho tiempo está la prudencia. (…)

Finalmente, la prudencia, sostiene el autor apoyándose en más citas de autoridad, suele adquirirse con la edad, la reflexión y la experiencia: (…) La senectud con la edad se hace más docta, con el uso más trillada, y con el proceso y discurso del tiempo, más sabia. (…) las canas de los hombres son prudencia.
(…)
En fin, no está de más hacer un llamamiento general a la prudencia, que se traduciría en actuar con sensatez, cordura, diálogo y buen gobierno, es decir, de forma justa, adecuada y con cautela, como decíamos al principio de estas líneas.

Y para celebrar el aniversario, (y el periodo vacacional), incluimos en el post My song, un hermoso tema musical de Keith Jarret y Jan Garbarek, del álbum del mismo título  publicado en 1978, con Palle Danielsson al bajo y Jon Christensen a la batería. Una belleza para disfrutar con tranquilidad y... prudencia.

 

martes, 31 de julio de 2012

Cortinas de humo

Foto: Volcán Eyjafjallajökull

“Lo que se declara tolerable, o intolerable, cambia según los asuntos de que se trate: costumbres, modo de hablar, ideologías políticas o sociales, tendencias artísticas, creencias religiosas, teorías filosóficas o científicas, etc. Se topa uno a menudo con gentes muy tolerantes con la indumentaria y muy intolerantes con ideologías políticas,  y viceversa. Cambia asimismo según las circunstancias o las épocas. (…) La dosis de tolerancia y, por tanto, también de intolerancia, cambia además según los temperamentos y según la educación recibida, así como de acuerdo con el interés mayor o menor que pueda manifestarse sobre el asunto en cada caso debatido”.
José Ferrater Mora
Ética aplicada. Del aborto a la violencia (Alianza Editorial, 1981)

Como se ha repetido hasta la saciedad, la condición y la protección que debe darse al embrión y al feto humano, desde el punto de vista ético y jurídico, constituye seguramente uno de los debates doctrinales más encendidos de nuestro tiempo. Pero más allá de posiciones personales, creencias, ideas u opiniones, (la propia OMS considera que “el aborto terapéutico es un principio universal aceptado en la mayoría de los países de las Naciones Unidas, [que] trasciende diferencias culturales, credos religiosos e ideologías políticas”) no hay mucho que decir, salvo manifestar una mezcla de asombro, sorpresa, perplejidad, enfado o irritación, sobre las intenciones declaradas por el Ministerio de Justicia de modificar la legislación sobre interrupción voluntaria del embarazo (IVE) vigente en nuestro país, que nos retrotrae a viejos debates de hace casi treinta años, que (casi) todos considerábamos superados...

Los resultados de una reciente encuesta no dejen lugar a dudas: una inmensa mayoría de los españoles (81%) está en desacuerdo con la propuesta de eliminación del supuesto de aborto por malformación grave del feto, incluidos los votantes del partido del ministro y los católicos practicantes. Dos de cada tres de sus votantes, el 65%, y el 64% de los que se declaran católicos están en contra, según ese sondeo de Metroscopia.

He aquí una breve muestra de algunas reacciones suscitadas ante el anuncio:

- Una carta abierta, con un elocuente título, de un prestigioso neurocirujano infantil, en la que expone desde su experiencia los sufrimientos que padecen los niños afectados por malformaciones congénitas del sistema nervioso, como la hidrocefalia congénita o la espina bífida abierta: Nadie tiene derecho a obligar al sufrimiento”.

- Una dura entrevista con la madre de una niña que murió de siete meses, con una atrofia espinal: “Si me quedase embarazada de otro bebé tan enfermo iría a abortar fuera”.

- Diversas Tribunas, editoriales, cartas y artículos de opinión:





Y una entrada en el blog Punts de Vista de Àngels M. Castells.

Lo cierto es que, como acertadamente señala Soledad Gallego-Díaz, "quizá la única certidumbre que podemos tener los seres humanos en épocas como esta es precisamente que existe la obligación de no contribuir a aumentar el dolor, eso que parece despreciar con tanto desdén y tanta frivolidad nuestro ministro de Justicia." (La única certidumbre. El País, 29 de julio de 2012).

Conviene recordar (¡hay que retrotraerse hasta 27 años!) que la Ley Orgánica 9/85 de 5 de julio incorporó el artículo 417 bis del Código Penal, despenalizando la IVE. En la sentencia de abril de ese año, el Tribunal Constitucional afirma que “indisolublemente ligado con el derecho a la vida (artículo 15 de la Constitución Española) en su dimensión humana se encuentra el valor jurídico fundamental de la dignidad de la persona (artículo 10)”. La sentencia realizaba una serie de consideraciones sobre el derecho a la vida, concluyendo que es “un concepto jurídico indeterminado” y, en relación a la malformación del feto, que “el fundamento de este supuesto se encuentra en la consideración de que el recurso a la sanción penal entrañaría la imposición de una conducta que excede de la que normalmente es exigible a la madre y a la familia. La afirmación anterior tiene en cuenta la situación excepcional en que se encuentran los padres y especialmente la madre, agravada en muchos casos por la insuficiencia de prestaciones estatales y sociales. Sobre esta base, este supuesto no es inconstitucional”.

Ahora se pretenden impedir los abortos de los fetos malformados (¿de qué sirven entonces los avances médico-científicos que permiten conocer la malformación o el defecto genético cuando aún se está a tiempo de curarlos o de ahorrar un indecible sufrimiento a criaturas abocadas a una vida desgraciada, y a sus padres?).

En un ejemplo poco sutil de manipulación del lenguaje, retorciendo los argumentos de una forma burda, a la que parecen querer acostumbrarnos en los últimos tiempos, supuestamente se pretende justificar y basar tal reforma en la Convención sobre los derechos de las personas con Discapacidad de 2006. A este respecto, el artículo 10 de la misma dice literalmente:

Derecho a la vida. Los Estados Partes reafirman el derecho inherente a la vida de todos los seres humanos y adoptarán todas las medidas necesarias para garantizar el goce efectivo de ese derecho por las personas con discapacidad en igualdad de condiciones con las demás [subrayado nuestro].

La escritora Elvira Lindo denunciaba esta falacia:Lo que tengo claro es que no se debe permitir que el lenguaje se pervierta de tan cínica manera: ¿por qué dejar que se llame “humanidad” a lo que sin duda es exactamente lo contrario? Y, menos aún, en momentos como estos en los que el Gobierno está arrebatando derechos a los más débiles. (…) Permítanme que solo me centre en estas tres noticias, recortes en la educación pública y ganancias en la privada, retirada de atención médica a bebés, criminalización de mujeres que no quieren traer al mundo a una criatura sufriente." (A esto le llaman humanidad. El País, 29 de julio de 2012).

Y es que, como decía Santos Juliá, (La política contra el Estado El País, 29 de julio de 2012), …para remate de este aciago curso, el ministro de Justicia no tiene mejor ocurrencia que reafirmar el derecho al nacimiento de los fetos con graves malformaciones genéticas. Y esto no es solo un ataque frontal desde la política al Estado; esto es una entrega al fanatismo y al oscurantismo religioso, la más devastadora de nuestras tradiciones históricas, la que cuenta entre sus mayores éxitos haber impedido durante cerca de dos siglos la construcción de un Estado de derecho”.  

Esto no pinta bien y uno se pregunta si este tipo de iniciativas no son tal vez sino simples cortinas de humo y maniobras de distracción…
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jueves, 26 de julio de 2012

Mientras tanto… (breve contribución para #CarnavalSalud)

  Foto: Petr David Josek (AP)

"Here’s to the crazy ones. The rebels. The troublemakers. The ones who see things differently. While some may see them as the crazy ones, we see genius. Because the people who are crazy enough to think they can change the world, are the ones who do”.
                                                                       Apple Computers, 1997


Desde #wikisanidad preguntan si son necesarios los eventos en Salud 2.0 y mi respuesta es afirmativa, pero convencido de que en un futuro -probablemente no muy lejano- llegarán a tener un carácter más limitado, es decir, monográfico y especializado. Ello ocurrirá a medida que se generalice aún más el uso de las herramientas Web y de las posibilidades que las TIC ponen al alcance de todos los agentes implicados en el ámbito sanitario, singularmente profesionales y pacientes y, sobre todo, se haga realidad el cambio de actitud que supone el entorno 2.0.

Pero mientras tanto, más allá de las cuestiones de carácter exclusivamente técnico y profesional, lógicamente cada vez más desarrolladas, y que tienen que ver con los aspectos tecnológicos de las diversas aplicaciones y herramientas, considero que la razón más importante sobre la necesidad de celebrar encuentros, reuniones, jornadas y eventos 2.0 en el entorno "real", tiene que ver con un aspecto más humano, de encuentro y contacto personal.

En mi opinión todavía existe un cierto componente de búsqueda, exploración y ‘meritoriaje’, un cierto carácter “iniciático” o de “bautizo” en los actuales eventos 2.0, eso que @manyez llama en su post encontrarse con “otros como yo”, en un campo que aún tiene relativamente poco recorrido temporal y cuyos límites o fronteras se van haciendo cada vez más difusos, con la progresiva penetración de las herramientas en el mundo “tangible” del 1.0. Y estoy seguro de que finalmente acabarán integrándose en los “otros” congresos científicos más o menos estables de las diversas sociedades y especialidades.

En fin, creo que, como otros eventos análogos del mundo sanitario relacionados con la clínica o la gestión, los eventos 2.0 ocurren en el “mundo real del 1.0” y son importantes porque, como a los pacientes, también entre quienes están(mos) en el 2.0 necesitamos reconocernos, mirarnos a los ojos, escuchar opiniones, compartir e intercambiar experiencias, obtener conocimiento y re-conocimiento, ayuda para resolver problemas, apoyo y reciprocidad para afrontar las preocupaciones. Lo que no es fácil en los tiempos que corren, como bien sabemos…

Iniciaba este post con una cita de los responsables de Apple, de hace 15 años, que en parte sigue siendo actual, en la que venían a decir que “esto” era para los locos, los rebeldes, los “alborotadores” y los que ven las cosas de forma diferente, porque solo quienes están lo bastante locos para creer que pueden cambiar el mundo, son quienes realmente lo hacen…

Ya ha ocurrido (y sigue ocurriendo), el mundo ha cambiado, (y lo seguimos cambiando), y como dice Jeff Jarvis, “cuanto más expongamos, aumentemos, analicemos y compartamos nuestro saber, más aprenderemos todos”.

Mientras tanto…

miércoles, 25 de julio de 2012

Más (y mejor) comunicación

“La buena comunicación es aquella que consigue armonizar el flujo de la información con el fortalecimiento de la relación”.
Sebastià Serrano
“El regalo de la comunicación”. Anagrama, 2004

La atención sanitaria significa personas que atienden y cuidan a personas, lo que implica comunicación, es decir: empatía, escucha activa, compromiso, respeto, confianza y asertividad, competencia de las personas y de los equipos, y gestión de las emociones para abordar la incertidumbre y la complejidad que conlleva la tarea.

Un interesante artículo aparecido en Fiercehealthcare (July 12, 2012) confirma y viene a poner de manifiesto, una vez más, la importancia de la comunicación y de la implicación activa de los pacientes en su relación con los profesionales sanitarios, para conseguir los mejores resultados de esta interacción:


Aun cuando los pacientes quieren opinar en las decisiones de tratamiento, la mayoría no quieren estar en desacuerdo con su médico, según un estudio recientemente publicado en Archives of Internal Medicine.

Más del 90 por ciento de los pacientes podría estar dispuesto a hacer preguntas y discutir sus preferencias, y casi el 80 por ciento consideró que tenían la capacidad de estar en desacuerdo. Sin embargo, el estudio encontró que sólo el 14 por ciento de los pacientes realmente se enfrentarían a su médico si sus preferencias entraran en conflicto con las recomendaciones de tratamiento.

Entre quienes no están dispuestos a manifestar su desacuerdo, alrededor del 47 por ciento teme ser etiquetado como "difícil", (por lo que presumiblemente adoptan un papel y una actitud más pasiva), mientras que el 40 se muestra preocupado por que tales acciones dañen la relación, y más del 51 por ciento piensa que pudiera comprometer la atención, según el estudio.

Los autores señalan que el paciente teme que el no estar de acuerdo con los médicos impida la progresión de los cuidados centrados en el paciente y la toma de decisiones compartida, agregando que la mala comunicación entre ambas partes puede causar peores resultados.

Reforzando la idea de la necesidad de más cuidados centrados en el paciente y de la implicación del paciente, un nuevo estudio publicado también en el número de julio de 2012 de la revista Perspectives on Psychological Science, llegó a la conclusión de que la autonomía del paciente es un factor clave para mejorar la salud. Los investigadores encontraron que los sentimientos de autonomía, competencia y parentesco (proximidad) estaban asociadas a una mejor salud física y mental.

El psicólogo Johan Ng, de la Universidad de Birmingham, manifestó en un comunicado que: "nuestros resultados han demostrado que apoyar las necesidades psicológicas de los pacientes es esencial para que los profesionales ayuden a los pacientes a alcanzar sus metas y resultados de salud".

Tiempos difíciles estos para la buena comunicación, (tal vez cuando más falta haría...).
 

domingo, 22 de julio de 2012

Un Manifiesto de la SEAUS

“Al final, no os preguntarán qué habéis sabido, sino qué habéis hecho…”
Jean de Gerson

La Junta Directiva de la Sociedad Española de Atención al Usuario de la Sanidad (SEAUS)  acaba de hacer público un Manifiesto en el que expone su punto de vista y realiza una serie de observaciones acerca de los recortes sanitarios que se viene produciendo en nuestro sistema sanitario público:

«Ante la situación planteada en los últimos meses en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS), debido a las medidas que se vienen adoptando en el seno del Consejo Interterritorial de Salud (CISNS) y por las distintas Administraciones sanitarias, la Sociedad Española de Atención al Usuario de la Sanidad (SEAUS), quiere manifestar su preocupación y hacer públicas una serie de consideraciones:

La Misión de la SEAUS es contribuir a la mejora de la calidad de los servicios sanitarios, basándose en el respeto de los derechos y deberes del ciudadano, para lo cual, entre otros fines, procurará fomentar la difusión y aplicación de los Derechos y Deberes del usuario de la sanidad contenidos en el ordenamiento jurídico, como expresión de reconocimiento y garantía de la dignidad y libertad de la persona. Igualmente, promoverá el dialogo entre los usuarios, los profesionales de la salud y las instituciones sanitarias, al objeto de conseguir una mejor comunicación y participación.

Desde la publicación de la Ley General de Sanidad y posteriormente de la Ley de Calidad y Cohesión del SNS, la Ley de Autonomía del Paciente y la Ley General de Salud Pública, el acceso a unos servicios sanitarios públicos, universales y gratuitos en el momento de la prestación, de calidad, -es decir seguros y coste-efectivos-, ha sido la base fundamental para la creación y desarrollo del SNS. Junto con el sistema educativo y otros sistemas de protección social, el sistema sanitario constituye sin duda uno de los pilares básicos del Estado del Bienestar, y es fundamental para asegurar la solidaridad, la equidad y la cohesión social. Creemos, por todo ello, que el sistema sanitario es un gran patrimonio de la ciudadanía. Tanto usuarios como profesionales somos responsables de su sostenibilidad y de la adecuada utilización de los recursos sanitarios.

Sin embargo, la entrada en vigor del RD Ley 16/2012, de 24 de abril de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones, modifica elementos sustanciales del sistema sanitario público, al introducir una reducción en las prestaciones y una disminución de los recursos presupuestarios, que suponen, en gran medida, el desmantelamiento de algunas de sus características básicas, tal y como hasta ahora lo conocíamos: el derecho a la salud, la universalidad de la atención sanitaria, la igualdad de acceso a la misma y el carácter solidario y redistributivo de la Sanidad Pública.

Por un lado, la asistencia sanitaria deja de ser un derecho vinculado a la ciudadanía española o a la residencia, pasando a depender del aseguramiento, es decir de las cotizaciones sociales, perdiendo su carácter de universalidad. Por otro, fragmenta la asistencia sanitaria que hasta ahora era la misma para todos y para todas las enfermedades, en tres tipos diferentes: Prestaciones básicas comunes para todos; prestaciones complementarias que se abonarán mediante copagos, y prestaciones suplementarias ofertadas por las CCAA, lo que inevitablemente, generará desigualdades y diferencias en el acceso a la asistencia.

Introduce barreras económicas en el acceso a los servicios sanitarios probablemente a quienes más lo necesitan, al imponer el pago por medicamentos a los pensionistas, establecer copagos por traslado sanitario no urgente en ambulancias, alimentación artificial, prótesis y ortesis que requieren las personas más vulnerables, enfermos crónicos pluripatológicos y personas con discapacidad. Frecuentemente son éstas quienes presentan más problemas económicos por motivos de edad, enfermedad o bajas pensiones. Además, un grupo de medicamentos se ha excluido totalmente de la financiación pública.

Diversos colectivos profesionales y grupos de expertos han expresado ya su opinión sobre la discriminación que supone también la pérdida del derecho a la asistencia sanitaria de los jóvenes mayores de 26 años que no hayan entrado en el sistema de la seguridad social y la denegación de la asistencia sanitaria completa en el SNS a personas inmigrantes sin permiso de residencia, que hasta ahora tenían reconocido este derecho. Esta circunstancia está dando lugar a situaciones en las que se plantean conflictos entre principios éticos que afectan a todos los profesionales de los servicios sanitarios, entre ellos a quienes trabajan en los servicios y unidades de atención al usuario/paciente, tanto en su condición de profesionales como en la de ciudadanos.

Como consecuencia de algunas de las decisiones adoptadas se está produciendo igualmente una importante disminución de los efectivos y del personal sanitario y no sanitario, lo que supone una descapitalización y una pérdida de oportunidad, que contribuye además a deteriorar la asistencia y a sobrecargar los servicios asistenciales.

La reciente publicación del informe de la situación de las listas de espera del SNS a 31 de diciembre de 2011 por el CISNS viene a demostrar que coincidiendo con los recortes presupuestarios se ha producido también un empeoramiento de las listas de espera quirúrgicas y de consultas externas, retrasando y dificultando el acceso a los servicios. En última instancia, el resultado de los retrasos diagnósticos y terapéuticos es la aparición de mayores riesgos clínicos y una evidente disminución en la calidad asistencial.

Al mismo tiempo, todo ello está dificultando además la relación con los usuarios y pacientes, generando un clima de malestar evidente, que en muchas ocasiones se traduce en una erosión y pérdida del principio básico de confianza, al provocar situaciones de conflicto entre los pacientes y los profesionales, y de estos entre sí.

Los servicios de atención al usuario/paciente actúan como intermediarios y facilitadores del acceso a los servicios sanitarios, mediante la información, orientación, derivación y resolución, en su caso, de las quejas, reclamaciones y sugerencias recibidas en los mismos. En este sentido, desde la SEAUS comprobamos con preocupación cómo, de forma progresiva se han ido incrementando notablemente el número de reclamaciones y demandas por lo que muchos consideran una vulneración de su legítimo derecho a la asistencia sanitaria. En muchos casos se está produciendo ya una contestación activa por parte los ciudadanos, de los agentes sociales y de los representantes políticos a través de movilizaciones y en todas las instancias. Como se sabe, varias CCAA han planteado recursos de constitucionalidad contra la norma que consagra algunas de estas medidas.    

Por todo ello, aun aceptando la legitimidad del Gobierno para establecer los criterios de asignación de recursos y de priorización en las políticas públicas, consideramos que los objetivos sociales generales y los motivos relativos a “la sostenibilidad del sistema” que aduce como justificación, el citado RD Ley 16/2012, tienen una importante limitación en el respeto a los derechos fundamentales de los individuos, es decir, aquéllos que hacen referencia a su “igual consideración y respeto”. Una persona tiene un derecho fundamental si ese derecho es necesario para proteger su dignidad o su estatus, y no existe discriminación, siendo acreedora de la misma consideración y respeto que el resto de la comunidad. Si entendemos la protección de la salud y la asistencia sanitaria como derechos fundamentales de las personas, parece claro que un cambio de esta profundidad en el sistema sanitario no puede llevarse a cabo con este tipo de actuaciones sin contar con el consenso de todos los actores que en él intervienen y participan.

Más allá de las circunstancias coyunturales y de la situación de crisis económica en que nos encontramos, al margen de posiciones ideológicas o partidistas, desde su posición institucional como sociedad profesional, la SEAUS quiere hacer un llamamiento y reiterar la necesidad del diálogo, el entendimiento y la cooperación entre los distintos agentes del sector: usuarios, profesionales, empresas, proveedores, gobiernos e instituciones. Se trata de una tarea conjunta y compartida, cuya única finalidad debe ser garantizar la supervivencia, la continuidad, el mantenimiento y la sostenibilidad de un sistema sanitario público que es patrimonio de todos los ciudadanos y que a lo largo de los últimos 25 años ha demostrado suficientemente su capacidad y la trascendencia de su función como elemento de solidaridad, redistribución y cohesión social.»
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El documento completo puede descargarse aquí.

Como se ve es un documento en línea con otras declaraciones que se vienen produciendo desde diferentes ámbitos, a la vista del imparable y progresivo desmantelamiento del sistema sanitario público. Sirva a modo de ejemplo el que ha hecho público la Asociación de Economía de la Salud en el que explica su posición sobre la reforma del derecho subjetivo a la asistencia sanitaria universal introducido por el Real Decreto Ley 16/2012.

También un grupo de profesionales de la Escuela andaluza de Salud Pública se preguntan recientemente en un editorial de la Revista Gaceta Sanitaria (Gac Sanit. 2012;26(4):298–300): ¿Está en peligro la cobertura universal en nuestro Sistema Nacional de Salud?

Parece que, como recuerda Francisco G. Basterra (Cañones de agosto. El País, 21-7-2012), nos encontramos "...ante la elección entre cañones y mantequilla, el clásico ejemplo de Paul Samuelson en su Curso de Economía. En la crisis económica parece que hemos optado por los cañones: antes rescatar a los bancos que a los hospitales. No queda para mantequilla".

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