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domingo, 19 de mayo de 2013

“…Demasiado hermosa como para no ser compartida” #carnavalsalud

Foto: Luca Rosatto. Funky64 vía flickr
El #carnavalsalud se pregunta en esta ocasión por la existencia de una brecha digital entre los profesionales de la salud con respecto al 2.0 y cuáles podrían ser sus causas, origen, motivaciones personales o colectivas (institucionales) y posibles soluciones. El debate, (digamos la conversación) se inicia aceptando la premisa de que es deseable incorporar masivamente las herramientas y dispositivos del entorno 2.0 para mejorar el desempeño profesional y la atención a los pacientes. No nos referimos ni hablamos solo de telemedicina, citas on line, historias clínicas o recetas electrónicas, hablamos (o deberíamos hablar), sobre todo, de cuidados, de consejos sobre salud, de ayuda, de participación, de corresponsabilidad (responsabilidad compartida) y de conversaciones…


Durante 146 días el astronauta Chris Hadfield 



ha dedicado diez horas cada día a la NASA y seis a compartir su vida en la Estación Espacial Internacional (ISS) a través de Facebook, Twitter, Google+, Tumblr, YouTube o Reddit. Nadie le encargó que lo hiciera y nadie le pagaba por ello. Ése no era su trabajo, ni el motivo por el que había sido enviado al espacio, pero había una razón muy poderosa para hacerlo: Cuando le preguntaron, el coronel Hadfield declaró que se trataba de una experiencia única que deseaba trasladar a otros y compartir con el resto de la humanidad. Era "...demasiado hermosa como para no ser compartida". Es seguro que al final su misión será sobre todo recordada por esta “tarea” autoimpuesta, realizada a lo largo de casi cinco meses. 

 

Son muchas sin duda las enseñanzas que sobre voluntarismo, generosidad, motivación, personal, altruismo, etc. podrían extraerse de esta gran historia. Pero tal vez pueda explicar en parte algunas de las razones por las que no se produce un salto masivo en el empleo de las redes sociales como herramientas cotidianas y habituales "de trabajo" en el ámbito sanitario.

Quizás por la falta de apoyo, por el desconocimiento de su (enorme) potencial en entornos asistenciales o con fines de estudio y formación, una gran mayoría de profesionales sigue considerando que las redes sociales son indudablemente un buen medio de comunicación, pero más bien orientadas hacia aspectos lúdicos, de ocio y entretenimiento, poco útiles o aplicables al quehacer cotidiano con los pacientes y con el resto de profesionales, y por supuesto teñidas con tintes ligeramente frikis y un punto de frivolidad...

Porque más allá de su uso y desarrollo profesional en empresas de comunicación, contenidos publicitarios, de marketing y para la promoción comercial, el IV Estudio anual sobre redes sociales publicado por IAB Spain hace unos meses (enero 2013) señalaba claramente que entre los usuarios de redes sociales aún predomina una actitud de 'espectador'. El mayor uso de redes es para enviar mensajes, estar en relación con sus contactos, ver vídeos o escuchar música, publicar contenidos, comentar la actualidad, jugar on-line, seguir a una marca, hablar de productos y comentar publicidad. Sólo un 10% de los usuarios (el 80% de los internautas) declaran utilizar las redes para fines profesionales o de estudio.


Salvo raras y honrosas excepciones, -que las hay, claro-, hoy por hoy el desarrollo del entorno y de las estrategias 2.0 en sanidad sigue siendo todavía en gran medida un ejercicio personal o individual de voluntarismo y dedicación de unos pocos cientos de profesionales entusiastas e ilusionados, cuya labor parece únicamente reconocida por otros profesionales también implicados y en-red-ados. ‘Astronautas’ del sistema sanitario, usuarios influyentes, early adopters a los que nadie paga por difundir esa actitud 2.0 que algún día esperamos masiva y conectada…

 

Desde un punto de vista institucional y corporativo, los últimos datos de ObservaTICs indican que de un total de 790 hospitales, solo 424 (un 53%) tienen una Web propia, 83 tienen una entrada en Wikipedia, 83 tienen un perfil en Facebook, 74 tienen una cuenta en Twitter, 49 tienen un canal de YouTube, solo 15 mantienen un blog, 6 emplean Slideshare para compartir contenidos y 2 Vimeo.

 


Entre las razones que la recientemente publicada "Guía práctica para el uso de redes sociales en organizaciones sanitarias" promovida por TICBioMed encuentra para no usar las redes sociales estarían:

 
1. Falta de personal.
2. Falta de tiempo.
3. Falta de formación.
4. Miedo a crisis de reputación on line.
 
Mientras esa percepción y esos miedos no cambien, parece harto difícil y complicado extender la cultura, el espíritu o la actitud 2.0 en el ámbito profesional, que seguirá siendo minoritaria y paradójicamente aislada.
 
En esta misma semana celebrábamos el Día Mundial de Internet, (17 de mayo), conmemorando la fecha de 1983 en que Arpanet incorporara el protocolo TCP/IP y ese mismo año se introdujo el sistema de dominios (DNS). Todavía hoy, treinta años más tarde, en muchos lugares del SNS seguimos solicitando el acceso abierto a Internet en las consultas de atención primaria... 
 
Entre tanto, seguiremos escuchando y contemplando los hermosos videos del astronauta Chris Halfield demostrando, una vez más, que lo importante no es la herramienta, sino lo que hagas con ella y el espíritu que anime su uso.


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