martes, 1 de abril de 2014

Códigos éticos y moralina rancia (y II)

Gran ilustración de Mónica Lalanda (@mlalanda) en su blog medicoacuadros

Como era previsible, tras su publicación y difusión, el documento ha sido objeto de mofa, befa y escarnio. En las redes y en diversos medios digitales ha sido recibido con una sorna generalizada, lo que resulta bastante explicable al conocer cómo se produjo la gestación de tan singular producto: De cómo saltó la liebre del  famoso catecismo ético del SESCAM, especialmente cuando nos enteramos aquí de que algunos de los famosos principios que aparecen recogidos en la ‘Carta de Valores’ están literalmente copiados de organizaciones tan pintorescas como la organización All Dance Internacional (!) o la Cámara de Empresas Tasadoras de la República Argentina. ¿No es asombroso?
 Debo reconocer que me he sentido especialmente irritado, afectado y concernido por este asunto, sobre todo al oír las pueriles declaraciones exculpatorias realizadas por quienes han perpetrado semejante disparate, atribuyendo la autoría del mismo a responsables anteriores del SESCAM… Me explicaré: en diciembre de 2007, como trabajo final para el Diploma superior en Bioética cursado en la Escuela Nacional de Sanidad, preparé un extenso y amplio documento titulado precisamente Responsabilidad, Reputación Corporativa y Ética en las Organizaciones Sanitarias Públicas. Una propuesta de Código Ético para el SESCAM(que hemos enlazado desde Slideshare para posibles interesados, y sobre todo para comprobar que pueden elaborarse Códigos Éticos algo menos… insensatos. Se trataba tan solo de un ejercicio académico del que, por otra parte, me siento bastante orgulloso). En la última página se decía expresamente: “El presente trabajo pretende ser únicamente una aproximación teórica al debate sobre la profesionalidad y la construcción de organizaciones sanitarias basadas en valores. La elaboración y formulación real de un Código Ético en el ámbito del SESCAM, tanto como su aplicación y puesta en marcha debería hacerse en la práctica teniendo en cuenta la participación y las aportaciones de todos los grupos interesados, implicados en el desarrollo de una organización sanitaria pública sostenible, responsable y con un comportamiento ético de todos sus agentes, que genere confianza, credibilidad y legitimidad social.”

En la última parte de aquel trabajo explicábamos cuáles debían ser, a nuestro juicio, los Valores corporativos del SESCAM que deberían inspirar su actuación:

«La cohesión de un grupo se articula alrededor de una cultura que determina su personalidad e influye de forma determinante en la orientación de las actividades, aportando la coherencia del esfuerzo colectivo hacia unos objetivos comunes.
De la reflexión sobre la identidad de la oferta asistencial y de servicio del SESCAM surgen también un conjunto de valores que son la síntesis de esta cultura y el fruto de la historia como institución y organización sanitaria, de la integración de personas e ideas y de las capacidades desarrolladas a lo largo del tiempo.
Estos valores, que diferencian a la organización en el marco del SNS, conforman el conjunto de valores corporativos y tienen relaciones directas e indirectas con los agentes y grupos de interés, serían los siguientes:

Voluntad de servicio
Servir es, en esencia, ayudar a los otros a crecer y a desarrollar sus proyectos. La actitud profesional del SESCAM se basa en comprender los problemas y las necesidades sanitarias y asistenciales de la población y poner a su disposición todas las capacidades individuales y colectivas en forma de soluciones rápidas, sencillas y eficaces.

Proximidad
Se entiende como la supresión de todos aquellos elementos que dificultan la relación, el diálogo y el propio servicio sanitario. El ciudadano debe percibir al Servicio de Salud como una serie de dispositivos asistenciales accesibles y cercanos, sensible a la diversidad, capaz de eliminar las barreras físicas, que incorpora las tecnologías disponibles que faciliten la comunicación y le acercan los centros de decisión.

Adaptabilidad
El SESCAM debe amoldarse con agilidad a las necesidades y demandas de los ciudadanos a través de soluciones flexibles y eficaces que den respuesta a sus necesidades sanitarias.
Los cambios deben afrontarse con una actitud positiva, entendiéndolos como una oportunidad de mejora en la calidad asistencial y como una necesidad de adecuación al entorno social.

Orientación de servicio
Todas las actividades e innovaciones de la organización se resumen y se justifican en la materialización de una atención sanitaria segura, efectiva, eficiente y basada en la mejor evidencia científica disponible.
La proactividad, el conocimiento del usuario y de sus necesidades, la anticipación, la prestación de un servicio sanitario público adecuado, reconocido y valorado socialmente, como base de una relación sostenible, son los elementos clave que orientan toda la actividad del SESCAM y le confieren legitimidad social.

Innovación
Anticiparse a las necesidades y expectativas de los ciudadanos desarrollando prestaciones y servicios capaces de sorprender por su accesibilidad y facilidad de uso.
Escrutar las posibilidades de las nuevas tecnologías en el ámbito sanitario para desarrollar propuestas de valor innovadoras. “Ser capaces de imaginar el futuro”.

Profesionalidad
El rigor, la pulcritud, la puntualidad, la exactitud, la comunicación clara y veraz, el compromiso, la responsabilidad, el acierto en las decisiones y el aprendizaje permanente son los rasgos que definen la profesionalidad de una empresa y de sus integrantes.
La plantilla del SESCAM está formada por trabajadores, empleados y profesionales dignos de merecer la confianza y el respeto de los usuarios, de los ciudadanos y, en general, de la sociedad de la que forma parte. El propósito del empleado es siempre hacer bien el trabajo y a la primera.

Ética y responsabilidad social
Como organización pública, la actuación profesional y personal del SESCAM se basa en la equidad, la honestidad, la transparencia y la responsabilidad, asumiendo las consecuencias de los actos de sus empleados y profesionales.
Se contribuye a la mejora de la sostenibilidad social a través de sus actuaciones, cuidando del medio ambiente y rechazando cualquier forma de discriminación y explotación del ser humano, tanto desde el punto de vista de las actuaciones propias como de las de los proveedores.

Austeridad
La austeridad debe entenderse como la sobriedad en el uso de los recursos públicos de la organización, en contraposición a la ostentación y el gasto innecesario. La organización debe aplicar con rigor el principio de austeridad en todas sus decisiones, pero sin confundir lo superfluo con lo necesario y buscando siempre niveles de calidad diferenciales.

Prudencia
La continuidad y el reconocimiento se sustentan en el equilibrio entre la acción y la sensatez. El SESCAM asume responsablemente los riesgos derivados de su actividad mediante una adecuada capacitación técnica y a través de la toma de decisiones basadas en el conocimiento y en la evidencia científica.

Trabajo en equipo
El trabajo en equipo es la clave del progreso del ser humano y adquiere una especial relevancia en el entorno sanitario. Se trabaja en equipo integrando personas e ideas en un proyecto común capaz de generar ilusión y retener el talento, donde los objetivos comunes prevalecen sobre los intereses particulares y la información fluye de forma abierta y transparente.
Se respeta la diversidad individual de los miembros del grupo, ya que dicha diversidad es, precisamente, la que enriquece el conjunto a través de la incorporación de distintas formas de ser y de hacer.»

Por último, concluíamos, el "auténtico" Código Ético del SESCAM no sería sino un reflejo de esos valores corporativos y de los principios que deben guiar la conducta de la Organización y de todas las personas que la integran. Esta conducta es la que inspira los procesos que se establecen en las relaciones con sus grupos de interés, materializa su actitud y el comportamiento individual y colectivo en relación a la política corporativa.

Cada decisión que se adopta y todo lo que se hace en el desempeño de su actividad profesional, puede incidir en la imagen que la ciudadanía tiene de la organización.

En este sentido, la conducta en relación con los diferentes agentes y grupos de interés, se debe materializar en las siguientes actitudes y comportamientos:

- Con los ‘clientes’ (Pacientes y usuarios): Profesionalidad, transparencia, fiabilidad, cercanía, accesibilidad, confidencialidad y respeto en las relaciones.

- Con los proveedores: Transparencia, colaboración, agilidad y cercanía en las relaciones.

- Con las personas de la Organización: Lealtad, honestidad, responsabilidad con los resultados, confianza, colaboración, ingenio, creatividad, compañerismo, igualdad, respeto, responsabilidad con la seguridad y salud laboral, la calidad, la integración social y la sostenibilidad ambiental.

- Con la Sociedad: Innovación, colaboración, comunicación, dialogo permanente, cercanía y responsabilidad social en materias de prevención de riesgos laborales, igualdad de género, calidad, medioambiente e integración social.

Finalmente, parece claro que la ética de la empresa (pública) sanitaria puede ayudar a devolver la confianza en la organización, aumentar la autoestima de los profesionales e incrementar la credibilidad y legitimidad social del sistema sanitario público. Sin embargo, con actuaciones tan peregrinas como las que hemos conocido en estos días, mal que les pese a los actuales responsables, resultará difícil recuperar el prestigio y la reputación que durante mucho tiempo tuvo nuestro Servicio Público de Salud.

2 comentarios:

  1. Como se puede ver: "lo mismito" que diría algún paisano que yo conozco.
    Tuve la ocasión, como compañero de la Diplomatura, de asistir a la lectura de tu trabajo y posteriormente consultarlo y usarlo en los cursos.
    ¿Alguien quiere ver un precedente?, pues han profundizado poco.
    En fin, tú si puedes sentirte orgulloso de aquel trabajo.
    Buenísimas las ilustraciones de Mónica Lalanda.

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