lunes, 27 de febrero de 2012

Cartógrafos y exploradores del conocimiento

“Hay que tomar cierta distancia porque así el trabajo se ve más pequeño y puede apreciarse mejor de un solo vistazo, y la falta de armonía y de proporción se ven más fácilmente”.
Leonardo da Vinci

…”La especialización es un antiguo vicio académico. Solemos excavar surcos cada vez más profundos en suelos cada vez menos fértiles, hasta que el polvo nos invade y nos ahoga nuestra propia aridez. Para evitarlo procuro levantar de vez en cuando la cabeza y reconocer el campo entero. Es preciso obrar de este modo. Si no, ¿cómo vamos a situar nuestros conocimientos en un contexto que les otorgue significado?”
Felipe Fernández Armesto

“Being a generalist is hard, but it is worth it. People who can straddle several fields are in a unique position to contribute and to solve problems”.
Raymond McCauley

Sobre la ‘barbarie del especialismo’
En términos más o menos esquemáticos, y en un sentido muy amplio, especializarse significa renunciar a lo general para dedicarse a lo particular, limitar el campo de atención, parcelar el conocimiento, reducir o acotar el objeto de análisis e intervención. Desde hace mucho tiempo el generalismo y la especialización han venido siendo objeto de controversia y han dado lugar a posiciones encontradas, en algunos casos, antagónicas. Mientras algunos consideran positiva esta limitación, como instrumento necesario para una mayor profundización en los distintos campos del saber y del conocimiento, otros ven la especialización como una limitación del saber humano.


Ortega y Gasset incluyó en “La rebelión de las masas” (1930) un ensayo publicado poco antes en el periódico “El Sol” que había titulado como La barbarie del especialismo , en el que ya criticaba el peligro de la separación de los saberes:

“[…] antes los hombres podían dividirse, sencillamente, en sabios e ignorantes, en más o menos sabios y más o menos ignorantes. Pero el especialista no puede ser subsumido bajo ninguna de esas dos categorías. No es un sabio, porque ignora formalmente cuanto no entra en su especialidad; pero tampoco es un ignorante, porque es ‘un hombre de ciencia’ y conoce muy bien su porciúncula de universo. Habremos de decir que es un sabio ignorante, cosa sobremanera grave, pues significa que es un señor el cual se comportará en todas las circunstancias que ignora, no como un ignorante, sino con toda la petulancia de quien en su cuestión especial es un sabio.”

Más adelante añadía "…el especialismo, que ha hecho posible el progreso de la ciencia experimental durante un siglo, se aproxima a una etapa en que no podrá avanzar por sí mismo si no se encarga una generación mejor de construirle un nuevo asador más poderoso".


En un trabajo publicado en 2005: The Burden of Knowledge and the 'Death of the Renaissance Man': Is Innovation Getting Harder? mediante la combinación de modelos teóricos y tests empíricos Benjamin F. Jones, profesor de la Kellog School of Management en la Northwestern University, demostró que el crecimiento en la cantidad de conocimiento existente en una disciplina reduce la capacidad de un solo individuo de manejarlo y comprenderlo hasta hacer inviable esta opción. Este proceso obliga (o incentiva) a los investigadores, innovadores o inventores a especializarse, lo que a su vez lleva a la necesidad de organizar el trabajo en grupos colaborativos. Como pruebas empíricas aportaba el aumento de la duración de las tesis doctorales que acompaña al desarrollo de una disciplina y cómo el tamaño de los grupos de de investigación crece con el grado de madurez de sus disciplinas.

Ya desde su mismo título, el trabajo de Jones sugiere la “muerte del hombre del Renacimiento“, es decir el erudito experto en varios campos o disciplinas múltiples, con una amplia base de conocimientos, asimilado normalmente a la tradición y al humanismo, y cuya sola existencia sería hoy poco menos que anacrónica, frente a la figura del técnico especialista, limitado a unos conocimientos sustantivos concretos y eminentemente prácticos o de aplicación inmediata.

La especialización, exigida por la naturaleza misma de las cosas, sería la del que, ampliando su visión y sin olvidar nunca el conjunto, enfoca todo el caudal de sus conocimientos, integrándolos en un determinado sentido. Según un primer concepto de especialización, un individuo es tanto más especialista cuanto más ha reducido su campo de acción; es la "barbarie del especialismo" sin más, a la que se refería Ortega. Según otro concepto, un individuo es tanto más especialista cuanto más ha profundizado en este campo y esa especialización será tanto mayor cuanto mayor sea la base de que se parte, el área de conocimiento que a él se dirigen y la capacidad de relación. La especialización fecunda es la que integra el máximo volumen de conocimientos en una idea ordenadora...

En una entrada anterior (Elogio de la duda) recogíamos algunos consejos y claves de Warren Bennis sobre el liderazgo en las organizaciones actuales, entre las que recomendaba:

·         Piense en términos de “generalista profundo”, no de “especialista”.

Explicaba que un generalista es mejor definiendo el problema o planteando objetivos, mientras que los especialistas son mejores resolviéndolo o ejecutando el plan. Consideraba en este sentido que actualmente se necesitan nuevos generalistas que, en lugar de dominar totalmente diversas especialidades, sirvan de nexo entre áreas de conocimiento y enriquezcan el trabajo de los especialistas de diferentes grupos.

En su obra On Becoming a Leader (1989) Warren Bennis ya adelantaba entre las cualidades de un líder la de sentir “curiosidad” por todo, atreverse y asumir los riesgos de lo desconocido. Él mismo siempre se ha considerado un generalista, interesado por todo y por todos.

Hace algún tiempo, Jorge Juan Fernández (@jorgejuan) incluía en su blog Las Reglas de juego  una entrada (¿Tú qué eres? Generalistas vs. Especialistas) en la que reivindicaba el papel de los generalistas en la nueva sociedad del conocimiento.

Una ilustración de Dave Gray resultaba especialmente sugerente y clarificadora sobre el desempeño (y las posibles funciones) de unos y de otros:

Otra de las claves citadas también por Bennis, refiriéndose a las organizaciones, era la siguiente:

·         Piense en términos de “biología aplicada” y de “sistemas vivos”, no de “ingeniería” y “mecánica”.

En relación con ello, en un texto publicado hace ya más de 25 años (Organizational Ecology. Harvard University Press, 1984) Michael T. Hannan y John Freeman recordaban que: “El generalismo y el especialismo son estrategias alternativas que tienen importantes implicaciones para el destino de las especies (o de las formas organizacionales o, por extensión, del destino de las disciplinas científicas). Las formas generalistas hacen muchas cosas, de ahí que sean capaces de emplear muchos tipos de recursos para sostenerse, ocupando nichos amplios. Las formas especialistas solo hacen una o dos cosas y explotan un muy estrecho rango de recursos, pero lo hacen de manera muy eficiente”.

En el campo de la biología, una especie ‘generalista’ se refiere a un animal, vegetal o microorganismo que no tiene grandes restricciones con respecto al hábitat que puede ocupar. Es decir, que puede vivir en muchos sitios diferentes, al contrario de una especie ‘especialista’, que requiere unas condiciones muy específicas para prosperar. Esta perspectiva puede aplicarse al mundo de las organizaciones, como ha demostrado un estudio de la Universidad de Ohio.

Según este nuevo modelo, con respecto a la división del trabajo, en las organizaciones pequeñas habría (también) lugar para los generalistas, quienes podrían no solo coexistir, sino incluso prosperar.

Por un 'nuevo generalismo'
Sobre el tema merece la pena revisar la entrada publicada en su blog hace unas semanas El saber en arte... y en medicina (6 de febrero) en la que Sergio Minué se refería a la especialización en Medicina, haciéndose eco de un interesante artículo publicado en JAMA (Detsky AS, Gauthier SR, Fuchs VR. Specialization in medicine: how much is appropriate?). El trabajo repasa algunas cuestiones interesantes como: ¿qué determina la necesidad de especialización en medicina? o ¿Cuál es el punto de equilibrio entre el saber generalista y el especializado?

Jean-Rodolphe Perronet, fundador en 1747 de la École Nationale des Ponts et Chaussées, la primera escuela de ingenieros en el mundo, dictó que éstos en su formación debían integrar el conocimiento de la técnica, la ciencia, el arte y el humanismo, según el clásico ideal renacentista. Sin embargo, sus ideas se olvidaron tras el triunfo de la Revolución Francesa y la creación en 1791 de la –desde entonces más prestigiosa– École Polytechnique, donde se consagró la concepción de la ingeniería como mera ciencia aplicada.

En este falso dilema establecido entre técnicos y humanistas, que recuerda la vieja polémica de las dos culturas de C.P. Snow, posiblemente la tendencia más actual sea la de aspirar a técnicos generalistas, que no son otros que quienes, por su vasta experiencia, pueden acometer proyectos de amplio impacto y participar del “giro gestionarial” exigido por la sociedad actual, en la que se gestiona más que se hace, aunque el contenido de la ubicua gestión permanece formado por conocimientos técnicos sin dejar paso a los humanísticos.

Así, Steve Hardy, promotor de pensamiento divergente y fundador del blog Creative Generalist  identifica cinco áreas principales en las que destacan los que denomina 'generalistas creativos':

·         Cultivar la curiosidad, “merodear” y encontrar posibilidades (a veces insospechadas).
·         Sintetizar y resumir información compleja, presentándola de manera sencilla.
·         Enlazar ideas, hibridar y “dar saltos”, encontrando nuevas aplicaciones para ideas conocidas (desarrollar la creatividad).
·         Capacidad de mezclar, combinar y conectar personas. Actuar como dinamizador, catalizador y “nodo”.
·         Poner en práctica experiencia y empatía para una mejor comprensión de diferentes perspectivas y visiones del mundo.

@jorgejuan finalizaba su post con algunas recomendaciones y consejos para ser un buen generalista:

·         Lee mucho. Una de tus principales obligaciones es “estar al día”.
·         No leas solo de “lo tuyo”.
·         Habla con mucha gente, con diversos intereses y backgrounds.
·         Te pasarás la vida en cursos o actualizando tu conocimiento. Tómatelo con calma.

Pues eso, y para todos: Take it easy
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5 comentarios:

  1. "el especialismo, que ha hecho posible el progreso de la ciencia experimental durante un siglo .... "

    Solo es posible el desarrollo tecnológico si se trabaja en equipos de especialistas, de eso los ingenieros sabemos muchisimo, somos como los lobos, trabajamos en grandes manadas .... además entre iguales .... nosotros sabemos que es imposible otra cosa .... ¿sois los médicos capaces de hacer eso? .... está por ver .... entre iguales, de distintas titulaciones, de distintos sitios, de distinta ramas .... os reto a que lo intentéis.

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    1. Gracias por tu comentario, Juana. Un gran desafío, sin duda. No es fácil, como sabes, tender puentes (cosa de ingenieros)en un mundo hiperespecializado. En el ámbito sanitario significa, con demasiada frecuencia, dificultades en la continuidad asistencial y en la simple comunicación entre profesionales. Pero hay que seguir trabajando en esa dirección...

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  2. Me parece muy interesante que se plantee hacer pensar desde la generalidad, esto en la sanidad haria tener en cuenta a otros profesionales sanitarios. Actualmente en mi area, la fisioterapia, estan tratando de crear las 'especialidades' dentro de SNS, algo similar al MIR. Esto en nuestra profesion seria un avance...asi que yo no lo puedo considerar un 'paso atras'. Ahora bien, soy fisioterapeuta con formacion deportiva, con una vision reformista de lo que existe a mi alrededor y veo que ser especilista en un determinado campo puede hacer ir en linea recta, es decir, no valorar mas conocimientos que las que han hecho avanzar a uno en su especilidad sin saber que otros profesionales pueden hacer incluso mejor o mas sencillo.
    Por este motivo el trabajo multi o interdisciplinar se ha de implantar en todas las areas del conocimiento y dejar de ser una bonita intencion, en medicina concretamente es dificil ver en el seguimiento de un paciente reuniones entre medicos (especialistas varios), fisioterapeutas y enfermeros...
    Figuras como Da Vinci no deberian ser dificiles de encontrar en una sociedad como la nuestra, tenemos el conocimiento a un 'click' y algun personaje como Punset que se preocupa por unir campos cientificos en beneficio de la sociedad (y de su propia curiosidad).
    Yo prefiero generalismo especializado...como siempre un poco de todo.
    Una entrada muy buena. Un saludo

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    1. Gracias, Paco. Ese debería ser el enfoque: generalismo "profundo" o "especializado" cuando sea necesario, sin perder la perspectiva amplia del contexto.
      Saludos.

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